Capítulo 42.- Cita.

1.5K 118 12
                                    

Mi alarma sonó fuertemente, eran las 7 de la mañana. Debía levantarme temprano porque a las 9 comenzaba mi sesión de fotos para una marca. 

Me fui directo a bañarme, y grabé unos videos mientras me arreglaba, ahora estaba mas familiarizada con las redes sociales y estaba siendo "popular" de alguna forma. Salí de mi apartamento luego de desayunar y subí al auto que me esperaba para llevarme al estudio. 

Llegué media hora antes, comenzaron a maquillarme y luego de eso debí ponerme la ropa cuidadosamente de no estropear nada. No iba a ganar mucho dinero por este trabajo, pero me ayudaría a solventar mis gastos y a darme a conocer en la industria.

Habían pasado apenas un mes y medio desde que daddy comenzó su gira, desde que habíamos roto. Fue triste, superarlo ha sido triste y ni siquiera lo he hecho del todo. Quería saber de él, hablar con él, pero era mejor mantener las cosas como estaban, sin contacto alguno, tan solo me enteraba de algunas cosas de él por las paginas de chismes. 

-Bien Alessia, es hora de comenzar.-habló el director distrayéndome de mis pensamientos.

Asentí y me dirigí a mi lugar.

 La sesión de fotos había sido exhausta, habíamos estado en eso más de 4 horas seguidas, ya había perdido la cuenta de cuantos cambios de vestuario había tenido. Finalmente terminamos y llegó un banquete con grandes cantidades de comida.

-Excelente trabajo a todos, ya hemos finalizado, pueden comer todo lo que quieran.-exclamó el director. 

Caminó apresuradamente hacia mi.

-Alessia, como parte de la colaboración toda la ropa que has utilizado hoy es tuya, asegúrate de usarla y promocionarla para cuando salga a la venta.-explicó.

Asentí.

Me dirigí a cambiarme de ropa para poder marcharme del lugar. 

-Todo esto es tuyo.-habló Sett, el estilista, sosteniendo cuatro bolsas gigantes en sus manos.-La ropa que usaste, la empaqué para ti.-explicó.

-Ah, muchas gracias.-dije.

-¿Te gustaría salir a comer?-preguntó.

No sabía la edad de Sett, solo sabía que era un poco mayor que yo y nada más, las otras veces que lo había visto siempre intentaba hablar conmigo, y no era la primera vez que me invitaba a comer después del trabajo, era amigable pero no sabía sus intenciones.

-Tengo una cita ahora, no puedo.-respondí cortésmente.

-Entiendo-respondió.-La ultima vez dijiste lo mismo.-agregó riendo levemente.

Asentí.

Tomé mis cosas y me fui del lugar, tomé un taxi lo más rápido que pude. No mentía diciendo que tenía la tarde ocupada, ya tenía una cita programa para ese día con mi psicóloga. Reí internamente, seguro Sett se pensaba que tenía cita con chicos todas las semanas.

Llegué a la consulta y esperé mi turno.

Finalmente me llamaron y pasé a la sala con la cual ya estaba familiarizada. 

-Hola Alessia.-me saludó amablemente Irelia, mi psicóloga.

-Hola.-saludé mientras me acomodaba en el sillón.

-¿Cómo estás hoy?-consultó casualmente.

-Vengo de una sesión de fotos.-comenté.-Fue algo agotador de realizar, pero estoy bien.-complementé.

-Me alegro, ¿y qué tal va tu semana?

-Pues aún continuo soñando con Gazzy, sin embargo, los sueños ya no me ponen tan mal como antes.-respondí timidamente.

-No me llamaste durante la semana.-habló.

-Es porque de cierta forma ya no me afectan las cosas como antes.-respondí.-Estoy creciendo.-dije riéndome.

Mi psicóloga no se rió.

-Recuerda siempre que a todos nos afectan de diferente manera las cosas, no reaccionamos igual y no hay nada de malo en eso. No tiene nada de malo ser más sensible que el resto de las personas con las cuales te relacionas, está bien que aún te duelan las cosas que sucedieron, cada quien tiene su propio ritmo para sanar.-habló Irelia.- No me molestaré si aun no llegas a las metas que hemos puesto para avanzar, todo a su tiempo.

Mis ojos lagrimearon, en este poco tiempo Irelia me conocía mas de lo que he podido conocerme yo. Me largué a llorar como niña pequeña y tomé la caja de pañuelos disponible a mi lado.

Irelia me llevó un vaso de agua.

Todo este tiempo era la misma situación, yo tratando de ocultar lo que realmente sentía, Irelia descubriéndome en mi mentira y acaba conmigo llorando y contando todas las cosas que habían pasado por mi mente en los días que no habíamos tenido una consulta.

-Estoy cansada.-me expresé entre sollozos.-No quiero seguir sintiéndome así, trato de poner en marcha las cosas que me dices para hacer y enfocarme en mi misma, pero no puedo, se me hace tan difícil.

-Comprendo, pero estás avanzando a tu ritmo.-habló calmadamente.

-Honestamente siento que no avanzo nada, me sigo sintiendo igual de vacía que antes, sigo extrañando a Gazzy de la misma forma que antes.-expliqué tomando la almohada que se encontraba a mi lado, la apreté contra mi pecho, estaba frustrada.

-¿Y cómo se siente el extrañar a Gazzy?-preguntó.

-Horrible, extrañar a alguien es horrible, en especial si no podrás tener a esa persona de vuelta, extrañar es como tratar de hacer algo imposible de lograr, pero aun así lo intentas y claramente no lo logras, como tratar de agarrar agua, esta se va entre los dedos.-expliqué.

Irelia asintió.

-Se siente aun peor soñar con él, porque en mis sueños aún continuamos juntos y cuando despierto, me doy cuenta que ya no está mas, todos los días que sueño con él, el despertar se siente como volver a terminar, es doloroso eso.-limpié mis ojos y los rastros de las lagrimas que aún se deslizaban por mis mejillas. 

Media hora más tarde mi sesión semanal había terminado, Irelia me había dejado tareas para realizar antes de mi próxima sesión que yo debía tratar de cumplir.

Me dirigí a mi apartamento, esta vez caminando, siempre después de mi sesiones volvía caminando porque tenía mas tiempo de reflexionar en las cosas que me había dicho mi psicóloga. 

 El departamento y mi terapia eran pagadas por daddy, y no era porque yo hubiera aceptado a ello fácilmente, fue así porque daddy fue astuto, me dejó aquellos regalos respaldados en la agencia antes de finalizar el contrato, en ese entonces era su sugar baby y tenía el deber de aceptar todos los regalos que él quisiera darme, y como la agencia sabía de los regalos que me había hecho daddy, era prácticamente mi obligación aceptarlo. 

Al principio pensé en vender el apartamento simplemente para deshacerme de él, ya que yo estaba viviendo en la agencia. Luego como me ofrecían trabajos como modelo de fotos debía poner mi dirección, y el que esta fuera la agencia no me hacia quedar bien, así que me mudé. Y ahora ya no quería dejar mi apartamento, me había encariñado con él. 

Siendo honesta no quería dejarlo porque guardaba la esperanza de que algún día daddy viniera a buscarme. Las veces que alguien había llamado a mi puerta, había corrido emocionada pensando que podría ser él, pero no, jamás era él. 

Little Princess (Lil Pump//Daddy Kink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora