Capítulo 31.- Cinturón.

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Habían pasado un par de semanas de la charla que había tenido con daddy. Todo marchaba relativamente bien y sin novedad alguna.

"Daddy ahora me dejaba dormir junto a él por las noches, y me hace mimos en el cabello antes de dormir. Está casi siempre conmigo, y si sale solo vuelve dentro de la media noche, y no tan tarde como antes." Escribí en una libreta que utilizaba como diario, la cerré y la guarde entre mi ropa.

Bajé corriendo a la entrada, había escuchado el sonido de la puerta al abrirse y sabía que era daddy.

—Hola, daddy.—hablé viendo directamente sus ojos.

—Hola cherry, ¿quieres follar?—preguntó abruptamente sin inmutarse.

—¿Ah?—respondí sin saber si había escuchado bien o no.

—¿Quieres follar o no?—repitió.

El semblante de daddy se mantenía serio, no dejaba a la vista ni una leve sonrisa o siquiera una mueca. A comparación con otras situaciones, no podría decir que pasaba por su cabeza en ese mismo instante, sonaba diferente y estaba actuando diferente.

—Sé que quieres hacer feliz a daddy.—dijo tomándome suavemente por el cuello.

Asentí.

Se acercó a mí y comenzó a besarme con lujuria y con un deseo marcado de querer saborear todo de mí. Una de sus manos descendió por mi espalda, pensé que iría directamente a mi trasero, pero se posicionó en mi espalda baja y me apretó contra él.

—Daddy.—hablé tímida.— Quiero que amarres tu cinturón en mi cuello.—supliqué viendo sus ojos.

Sus ojos se movieron recorriendo con su mirada todo mi rostro, quizá buscando algún rastro de inseguridad.

—¿De verdad quieres que haga eso?—preguntó.

Asentí.

—Jamás lo he hecho.—explicó.

Me encogí de hombros.

—Tampoco me lo han hecho, pero quiero intentarlo.—confesé revelando una de fantasías sexuales.

—Si tu quieres, está bien.—respondió.

Nos besamos una vez más y me cargó hasta llegar a su habitación en dónde me arrojó a la cama.

Lo vi caminar hacia la puerta y ponerle seguro a ésta. Se giró a observarme y caminó lentamente hacia el borde de la cama sin sentarse en ella.

—Sentada de rodillas.—ordenó.

Obedecí sin decir palabra alguna. Me quitó mi polera y sostén, sin siquiera detenerse a tocar alguna parte de mi cuerpo.

—Volteate, en cuatro.—habló duramente.

Me puse en cuatro dejándole una buena vista de mi trasero en short. Deslizó el short y mi ropa interior rápidamente hasta quitarmelos, desprendió mis zapatos y calcetines, quedando completamente desnuda frente a sus ojos.

Sentí como se quitaba el cinturón, escuché como se deslizaba a través del pantalón hasta quedar fuera de éste. Oí como se desprendía del resto de sus prendas, y cómo se posicionaba en la cama justo detrás de mí. Vi el cinturón pasar frente a mi ojos y como daddy apegaba éste a mi cuello. Mi corazón latía a mil por hora, estaba excitada y con euforia por la situación, sentía la adrenalina correr por mis venas. El cinturón se ajusto aún mas a mi cuello, y daddy hizo a un lado el cabello que estaba quedando atrapado entre mi cuello y el cinturón.

—Cherry, no puedo ajustar el cinturón para que no se mueva, no hay un agujero de ésta medida, cada vez que tire de él se ceñirá más, puedes decirme si esto no es lo que quieres o esperas.—daddy habló a la vez que tiraba del cinturón hacia atrás, instantáneamente mi cabeza de echó hacia atrás y mi mirada se elevó, asentí levemente a modo de respuesta para daddy.

Una de las manos de daddy sujetaba el cinturón y otra se puso a jugar con mi húmeda vulva.

—Diablos cherry, ¿es que acaso quieres formar un lago acá en mi casa?—cuestionó burlesco cuandose percató de lo húmeda que estaba.

Acarició mi clítoris suavemente por un corto período de tiempo. En un abrir y cerrar de ojos su pene estaba dentro de mi vagina, gemí sin poder evitarlo, daddy se estaba moviendo ferozmente dentro de mí, mi vagina estaba tan húmeda que no necesitó estimulación previa.

Daddy tiró del cinturón y mi mirada se elevó, sentí su respiración en mi oído.

—¿Te gusta sucio, perra? ¿O te gusta tierno, mi amor?—preguntó tirando aún mas del cinturón.

Gemí, daddy estaba siendo dominante y eso solo lograba excitarme aún más.

Su aliento se alejó de mi oído y dejó caer unas fuertes palmadas en mi trasero, mientras que se aferraba fuertemente al cinturón.

Daddy soltó el agarre del cinturón y tomó mis muñecas para alejar mis manos del colchón, las llevó a mi espalda, gracias a esa acción mi torso cayó a la cama y mi cara quedó estampada en la cama, daddy no se detuvo y tampoco me hubiese gustado que lo hiciera.

—Me voy a venir.—chillé para daddy.

El ritmo de las caderas de daddy aumentó y el sonido que provocaban los choques de nuestros cuerpos se hicieron aún mas fuertes, daddy dejó una palmada justo a tiempo en que lograba alcanzar el apreciado orgasmo.

Daddy se detuvo y yo sentía palpitar mi entre pierna, respiré dificultuosamente y lamí mis labios que se encontraban secos junto con mi boca.

Daddy salió de mí y se tendió a mi lado, estábamos frente a frente, elevé un poco mi pierna derecha y la puse sobre la cadera de daddy, éste introdujo su pene en mi, comenzó con embestidas lentas, que poco a poco iban subiendo de ritmo.

Su mano izquiera apretaba firmemente mi trasero y su otra mano aún sostenía el cinturón por detrás de mi espalda. Bajé mi mirada para observar como nuestros cuerpos se unían, no duré mucho viendo, daddy tiró del cinturón obligándome a verlo, besó mis labios y aumentó el ritmo haciendo que mis gemidos se hicieran mas frecuentes. En una maniobra rápida nos cambió de posición, yo estaba encima de él, sin embargo, él llevaba el ritmo, él me estaba follando como si no hubiera mañana.

Golpes en mi trasero y mordiscos en mis pezones, daddy se sentó en la cama, estaba por correrse, lo sabía porque sé como se pone en esas situaciones. Unas embestidas más y nos separó de golpe, me arrodillé rápidamente entre las piernas de daddy, abrí mi boca y cerré mis ojos, sin embargo, el semen salpicó para todas partes y había entrado una cantidad en mis ojos.

Lloriquee y daddy se percató, abrí solo uno de mis ojos, el que no tenía semen.

—Mierda.—se quejó daddy a la vez que se inclinaba para observar mejor mi ojo.

Deslizó su pulgar por mi párpado para intentar quitar el líquido espeso.

—Abre tu ojo, déjame verlo.—dijo tomando mi mentón.

Negué, me hallaba incapaz de hablar.

—No te estoy preguntando.—volvió a hablar con autoridad.

Abrí lentamente mi ojo, con miedo de haber quedado ciega.

—No está tan mal.—dijo daddy examinando mi ojo con cara de concentrado.— Voy a quitar un poco de semen que aún queda.—advirtió.

Su pulgar comenzó a limpiar mis pestañas del líquido.

—Está un poco rojo, pero no creo que sea grave, sanará de aquí a unas horas.—comentó daddy en un intento de distraerme.

La mano de daddy se acercó a mi cara y pensé que la acariciaría, pero introdujo su dedo pulgar en mi boca, el que había usado para quitar el semen de mi ojo.

—Chupalo.

Little Princess (Lil Pump//Daddy Kink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora