Capítulo 21.- Penas y sonrisas.

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—No te escucho.—gritó daddy a través del teléfono.—¿Puedes hablar un poco mas alto?—preguntó.

Tenía intenciones de responder, pero no fui capaz de articular alguna palabra. El único ruido que pude emitir fue un sollozo que dio pie a muchos mas.

—Alessia dime qué pasa—daddy sonaba preocupado.

—Lo siento, lo siento.—me disculpo y cuelgo la llamada.

No podía decirle a daddy que pasaba, porque yo tampoco sabía que estaba pasando conmigo, no podía describir lo que estaba sintiendo, no hay palabras para expresar lo que llevo dentro. Y si no podía contarle, no valía la pena molestarlo ni preocuparlo.

Las lagrimas caen por mis mejillas, no me pensaba levantar a buscar pañuelos o algo así, tenía planeado quedarme viendo el techo mientras esperaba a que la tormenta se fuera.

Unos minutos mas tarde tocan la puerta, era María. Encendió la luz y por un momento pensé que me quedaría ciega debido a ella, María entró con una bandeja en sus manos, su cara lucía cansada aunque seguro yo lucía peor que ella, me dio vergüenza que me viera así, tan triste, tan rota.

—El señor Gazzy me llamó, estaba muy preocupado por usted, me pidió la que viniera a ver, y de paso le trajera un té.—María se acercó a mí tendiéndome el té.

Lo acepté y lo olí.

—Es de manzanilla.—acotó.

—Muchas gracias María.—le sonreí, seguro parecía "el guasón" sonriendo.

Me tomé el té con María acompañándome, para mi suerte, no hizo pregunta al respecto y lo agradecí mucho.

Cuando terminé el té María se fue, y me sumergí de nuevo en la oscuridad.

Volvió el miedo a cerrar los ojos.

No quería que las pesadillas volvieran, pero las pesadillas siempre vuelven, para atormentarnos, aparecen cuando estamos bien, cuando pensamos que no volveremos a lo mismo, vuelven para recordarnos que somos humanos débiles y estamos muerto de miedo.

Tenía sueño y a la vez tenía mucho miedo, no quería dormir, finalmente el sueño me venció.

Desperté debido a unos movimientos en la cama, aun no era de día.

Solté un grito al ver a alguien a mi lado.

—Diablos Cherry, no grites.—daddy me observó a través de la oscuridad.

—¿Daddy?—pregunté sin poder creerlo.

—Quién más.—respondió a la vez que encendía la lámpara.

—¿Esto es la realidad?—pregunté para mi misma.

—¿Quieres que te pellizque?—antes de responder daddy ya me había pellizcado el brazo.

Salté a los brazos de daddy ignorando el dolor que me había provocado en el brazo. Daddy quedó tendido en la cama, me aferré a él lo mas que pude, inhalando su olor, él me devolvió el abrazo con fuerza.

—¿Qué hora es? ¿a qué hora llegaste? ¿qué haces aquí?—cuestioné a daddy sin soltarlo.

—Son las 5 de la mañana, acabo de llegar.—respondió mis dos primeras preguntas. —¿Cómo es eso de qué hago aquí? ¿acaso no me quieres aquí? ¿acaso no me extrañaste?—preguntó divertido.

Sonreí ampliamente, daddy me hacia muy feliz, no llevaba ni 10 minutos y ya me provoca sonrisas, definitivamente lo quiero mucho.

Daddy acarició mi cara y dejó un beso en mis labios.

Little Princess (Lil Pump//Daddy Kink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora