¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
EL GRAN CIELO DE GOTHAM ESTABA CUBIERTO DE NUBES GRISES QUE ANUNCIABA posibles chubascos en lo que quedaba del día, la joven castaña estaba de pies en la entrada principal de la universidad con un semblante cansado esperando a Damian, a quien había invitado a tomarse un helado. Elizabeth tenía la manía de tomar helado en los días fríos para intentar contrarrestar las consecuencias de este. El bonito sedán gris apareció en el campo visual de la extranjera provocando un revoloteo en su estómago, cuando vió que se detuvo justo frente a ella no dudo en trotar hasta la puerta de copiloto.
—Hola —Elizabeth se acomodó correctamente en el asiento mientras las mejillas se le teñian de rosado.
—Hola —Damian le sonrió de lado mientras seguía los movimientos de su novia.
A penas habían pasado ocho días desde que oficializaron la relación y Elizabeth seguía siendo un manojo de nervios.
—Yo, eh —la chica lo miro mientras se llenaba de valentía. —¿Puedo saludarte con un beso en la boca?
Damian sonrió abiertamente mientras ladeaba la cabeza producto de la ternura que la mujer frente a ella le provocaba.
—No tienes que preguntarme bonita —se acercó a ella.
—Quédate quieto —el superhéroe obedeció. —Yo te lo voy a dar
Elizabeth trago saliva y se acercó a darle un pequeño piquito en los labios.
—Eso no es un beso
—Para mi si
—Bueno, para mi no —se acercó con una sonrisa traviesa. —Te enseñaré lo que es un verdadero beso
Y con cuidado poso con delicadeza sus manos al lado de cada mejilla para acercarse a brindarle un mejor beso. La castaña colocó una de sus encima de la del chica y la otra la utilizó como apoyo en el asiento de auto.
Damian la estaba besando con cuidado y mucha delicadeza. Sus labios se movían al compás sobre los belfos de la chica intentando darle la confianza necesaria como para que dejase de preguntar las cosas antes de hacerla.
Se contuvo y finalizó con un corto beso antes de separarse.
—¿Dónde quieres ir?
—Yo, eh —su voz temblaba y evitó mirarlo. —Va-vamos a la cafetería donde nos conocimos
Damián sonrió orgulloso de sí mismo.
—¿Puedo saber por qué te gusta comer helado en los días nublados?
—Porque aplico la regla de los signos
—¿Cómo?
—Mira —se acomodó mejor en el asiento mientraa movia las manos. —negativo por negativo da positivo, entonces frío por frío daría calor