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LLEGÓ EL DÍA SÁBADO Y LA PAREJA SE ALISTABA PARA LA CITA QUE ELIZABETH quien se había encargado de prepararla, fue bastante difícil convencer a Damian que la dejase armar esta cita para que el cortejo sea equitativo, sin embargo, supo preguntar en el momento que se encontraba con la guardia baja. Obtuvo confirmación el mismo día en que le llevó el almuerzo a la empresa y lo acompañó hasta que terminara su horario de almuerzo, el joven Wayne se encontraba tan sumergido en la burbuja de los sentimientos que la castaña le provocaba que no se percató de la pregunta y solo respondió un "Si جميل como tu quieras".
Y cuando se dió cuenta intento refutar obteniendo carcajadas de la chica mientras le decía que ya había aceptado y no había vuelta atrás.
Así que ahora él era el ansioso por saber a dónde irían. Se preguntó si Castro se sintió de aquella forma en la primera cita, si estaba llena de nerviosismo e incertidumbre respecto a la cita.
Sonrió levemente mientras se miraba en el gran espejo que tenía en su baño personal. Damian se veía extremadamente guapo, bueno, más de lo que era. El la mañana le había preguntado a Elizabeth que tipo de ropa utilizaría para poder hacerse una idea del lugar al que irían y por supuesto intentar utilizar algo a juego.
Obtuvo como respuesta que utilizaría ropa casual y un cardigan negro.
Así que Damian optó por utilizar unos pantalones de vestir gris con lineas horizontales y verticales, un jersey cuello tortuga negra lisa, unos zapatos de vestir del mismo color y por último un abrigo delgado que le iba a juego con el jersey y zapatos.
Se dió una última mirada antes de salir de su cuarto y bajar a buscar su vehiculo al garaje de la mansión.
—Amo Damian
—Alfred —saludó.
—¿Se dirige a algún lado?
—Saldré —miró disimuladamente a su alrededor antes de seguir. —Con Elizabeth
—Oh, es grato saber que todo esta yendo bien con la señorita. Espero que no la canse con su carácter
—Gracioso —caminó hasta su vehículo negro.
—Brindele un cálido saludo de mi parte. Espero verla pronto por la mansión
—Espero lo mismo —abrió las puertas del auto con el botón automático que tiene sus llaves. —Si preguntan por mi paradero diles que estoy en una misión
