Elastic Heart ©JJK

Elastic Heart

Las palabras para elevar el ánimo son más comunes de lo que podemos imaginar.

Siempre escuchamos como muchas personas intentan hacerte ver que solo se puede vivir una sola vez, y que es motivo suficiente para hacer lo que amamos y disfrutar como nunca antes.

Pero en este mundo lleno de caos, la vida puede dar segundas oportunidades a aquellos que no tuvieron un juicio justo.

Si alguien le hubiera dicho a Moon _________ que moriría a sus tempranos treinta y tres años, nunca hubiera seguido aquella vida que tanto le impusieron. En su lecho de muerte pudo odiarlo todo, desde la primera vez que el oxígeno se adentró a los pulmones, hasta la última bocanada de aire que sintió antes de que la persona que amaba acabara con su vida.

Y es que para ella, los finales felices no existían.

Pero antes de que pudiera experimentar la muerte, es necesario contar su historia, aunque para ella no hubiera mucho que contar.

Una fuerte bofetada hace eco por toda aquella sala de la lujosa mansión de los Choi. El delgado cuerpo de _____________ choca con el suelo, al igual que las lágrimas que estaban cayendo sin cesar. Contarle sobre su embarazo a su esposo había sido su condena.

Ella se había sentido feliz, aunque su rostro no lo expresara ahora, y es que las desgracias en su vida eran más abundantes que las alegrías.

— ¿Cómo alguien tan desagradable como tú sería capaz de llevar con honor a un hijo mío? —ella le mira.

Mira a la peor persona que había conocido en su vida.

Cualquier persona que viera a Choi Dongyul pensaría que es una persona amable y tranquila. Su sonrisa siempre podría inundar de alegría cualquier lugar, pero su esposa ya estaba acostumbrada a esas farsas. Lo que le enamoró de él no fueron más que mentiras.

Si pudiera volver atrás, su vida hubiera sido de otra manera; pero ahora no podía cambiar nada.

Ya se había acostumbrado al rechazo, a la ignorancia, a los insultos, y a las crueles palizas de su esposo. Desde que subió a aquel altar es capaz de lamentar el "Sí quiero" que oficializó aquella relación.

Su mente estaba dispersa, ahora tenía a un bebé creciendo dentro de su vientre, y aunque lo amaba, no podía pensar en que en el momento en el que naciera, su esposo pudiera maltratarle también. Deja escapar un par de lágrimas más mientras intentaba colocarse en pie de nuevo.

La decepción y el odio en el rostro de su esposo era tan notable. Él la odiaba, siempre le había dado asco, pero era la única manera que tenía de mantener su fortuna.

— P-Pensé que te alegraría saber que íbamos a ser padres después de...

— ¿Por qué me alegraría de cualquier cosa que tuviera que ver contigo? —ella nota su corazón crujir— ¿No queda lo suficientemente claro ya que te detesto? —él suspira girando sobre sí mismo— Tengo que hablar con Eunha ya... no pienso pasar por esto —se acerca hasta su teléfono.

— ¿E-Eunha? ¿Mi amiga de...? —él se detiene para mirarla— ¿Por qué ella sería importante? No...

— Eres tan estúpida... que hasta pena me das —la mujer retrocede— Escucha, Eunha no es la amiga que creías que era —ríe— ¿De verdad pensabas que ella te apreciaba o algo? ¡Ella fue la que me convenció de engañarte para que nuestras familias no cayeran en la ruina! —sigue riendo— Siempre me habló de lo idiota que eras, y no se equivocaba.

— ¿Q-Qué...?

Más lágrimas resbalan por los ojos dañados de ____________. Su rostro estaba amoratado, al igual que ciertos puntos de su cuerpo. Las palizas era la forma de que su esposo desfogara el odio que sentía por la situación.