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NARRADOR.
Byeol suelta la última carpeta sobre el montón después de firmar el proyecto. Últimamente se encontraba de mejor humor, y se tomaba con calma su trabajo.

Desde que Jungkook y su hija estaban juntos había comenzado a sentir una paz inundarle, era como si supiera que ya no le correspondía a él guiar a su hija, ella ya había tomado las riendas de toda su vida por completo.

Lleva sus ojos hacia la fotografía en su mesa. Su mirada se vuelve nostálgica al ver en aquella foto a su hija siendo aún una adorable niña, y a su esposa cargándola en la playa.

Aunque no quisiera admitirlo, se sentía triste por este momento. Cada vez que veía a su hija con aquel anillo o sonreírle a su prometido, un nudo se adueñaba de su garganta dándole ganas de llorar.

Suspira sacando ese sentimiento angustioso de su cuerpo. No quería llorar, reservaría esas lágrimas para cuando viera a su hija vestida de blanco en su boda.

La puerta de su despacho se abre dejando ver al mayordomo de la familia. Había madrugado demasiado, aunque fuera domingo debía terminar antes de que su esposa despertara y le riñera por trabajar en el único día libre que tenía en la semana.

— Señor, tiene visita —frunce sus cejas.

— ¿Tan temprano? —asiente— ¿Quién es?

— Soy yo, señor Moon —se levanta al ver al señor Jeon en la puerta— Disculpe que venga tan temprano.

Se queda unos segundos asimilando esto. Siempre había sabido sobre los rumores de este hombre pero su hija le contó todo lo que pasó en su núcleo familiar. Muchas cosas le horrorizaron y otras le dejaron varias incógnitas.

Pero algo tenía por seguro, ellos dos no tenían la suficiente relación como para este tipo de reuniones.

— Pase —él se adentra al despacho— ¿Ha desayunado? —niega. Él mira al mayordomo— Traigan el desayuno a mi despacho.

— Enseguida, señor —hace una reverencia marchándose.

El señor Jeon toma asiento frente al señor Moon. Ambos hombres sólo tenían una cosa en común, sus hijos estaban enamorados y comprometidos.

— ¿A qué se debe su inesperada visita, señor Jeon?

El señor Jeon se muestra vacilante por unos segundos antes de agachar su cabeza. Sabía que para arreglar la situación debía hacer esto, y después de mucho tiempo dejándose guiar por su orgullo, quería empezar a actuar con su corazón.

Quería hacerlo por ella.

— Señor Moon... se que usted ha sido más familia para mi hijo que yo —Byeol eleva sus cejas— Y como Jungkook no quiere saber nada de mí ahora, pues creo que usted será el único que me escuche.

— No soy nadie para juzgar su paternidad —habla con calma— Pero su hijo tiene razones... sólidas para actuar de esa manera —asiente.

— Por eso estoy aquí... no quiero acercarme a mi hijo por su estatus y su dinero, sino por su madre.

Byeol parecía confundido. La madre de Jungkook estaba muerta, pero este hombre estaba hablando sobre ella como si le estuviera haciendo un favor.

— Está bien, le escucharé —asiente.

— Jungkook es mi único heredero —toda la sala queda en silencio— He intentado decírselo, pero no quiere hablar conmigo... supongo que algún día le llegará la noticia por mi abogado.

¿Qué le pasaba a aquel hombre de aspecto triste? Para el único hombre de los Moon toda esta situación era surrealista. El señor Jeon era un hombre bastante frío y reservado. Hasta hace poco nunca había hablado en las reuniones y le daba igual todo lo que no tuviera que ver con su negocio.

Elastic Heart  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora