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Me detengo frente la puerta del despacho de mi padre. Abro la puerta pidiendo permiso, él estaba ahí juntos a sus secretarios.

— ¿Me llamabas, papi? —asiente.

— Podéis salir —todos hacen reverencias para pasar por mi lado.

Hoy mi padre estaba frío y distante. Él siempre usaba apodos cariñosos y me daba sonrisas, pero hoy desde que se despertó en la mañana se había mostrado callado y no había mostrado ningún afecto hacia mí o hacía mi madre.

¿Quizás había hecho algo malo y se había enfadado?

Tomo asiento en una de las sillas frente a él. Quizás simplemente tenía más trabajo o había algún problema con uno de los proyectos que le había entregado ya.

— ¿Hice algo mal con los proyectos? —le muestro preocupación.

Su mueca fría pasa a ser confusa y luego calmada.

— No, cielo, no te he llamado por nada malo —suspiro— Solo necesito que vayas en mi lugar a la inauguración de un edificio en Incheon —abro mi boca— Coincide con la reunión mensual y no me dejan faltar.

— ¡Sí, yo iré! —sonrío— ¡Será mi primera inauguración! —doy un par de aplausos.

— He pensado en pedirle a Jungkook que vaya contigo... —frunzo mis cejas— La situación no está muy bien para nosotros, por eso quiero ir a la reunión mensual, para quejarme.

— No hace falta —le quito importancia— Además, Jungkook también tiene que ir... él pertenece a la mesa de herederos —suspira— Estaré bien, llevo mis escoltas.

— Está bien —se levanta— La inauguración es en tres días, pero te irás mañana para conocer al alcalde y a los dueños del edificio —asiento muchas veces.

— ¡Iré a prepararme! —me levanto— ¡Estoy muy ilusionada! —sonríe.

— No te separes de los escoltas, cielo, me da miedo que vayas sola —niego.

— No va a pasar nada, papá —camino hacia la puerta— ¡Apareceré en el ojo público por primera vez! —celebro saliendo hacia el pasillo.

Esta era una oportunidad demasiado buena para mí. Una vez que el resto del país me viera oficializar un acto de este tipo, entonces pasaría a ser de manera definitiva una heredera.

Sería la primera mujer en sentarme en esa mesa repleta de hombres. Todo el mundo debería estar orgulloso de este cambio, al fin las mujeres podríamos ascender de esta manera.

Era un logro, era mi oportunidad para enterrar definitivamente a Eunha y Dongyul.

***

NARRADOR.
La noticia de que la hija del mejor arquitecto del país iba a oficializar un acto había llegado a oídos de los más grandes dueños de las fortunas de Corea del Sur.

Muchos parecían sorprendidos por la decisión del señor Moon; otros estaban enfadados, como Eunha y Sooji, ambas mujeres que nunca llegarían a conseguir una posición como esa; y otros estaban eufóricos porque podrían usar esa oportunidad única para cobrar venganza.

Dongyul lo sabía, era su momento para brillar, era el momento de que su plan comenzara.

La puerta de su despacho se abre dejando ver a uno de sus mayordomos. Él sonríe. Sabía que Jungkook no era idiota, y había podido ver a este hombre la vez que irrumpió en su casa para amenazarle.

Su plan era impecable, no fallaría.

— Señor —hace una reverencia.

— Necesito tu ayuda —asiente— Partirás para Incheon ahora y asistirás a la inauguración de ese edificio de los Moon —le mira con confusión— Aquí tienes.

Elastic Heart  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora