Elastic Heart ©JJK

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Me sentía muy cansada. Quería acabar ya con todo esto, por eso iba a tomar de los pelos a la hermanastra de Jungkook y la iba a golpear hasta que muriera.

O ese era el deseo más profundo de mi subconsciente.

Desde que sabíamos esto los escoltas no se separaban de mí. Jungkook y mi padre estaban locos, me seguían unos cincuenta hombres enormes y armados como si yo fuera una niña pequeña a la que cuidar.

Era cierto que haría algo con su hermanastra. Hasta ahora solo habían aumentado la vigilancia en los Estados Unidos para su hermanastro haciendo imposible que se comunicaran.

Sabía que el grupo de amigas de su hermanastra era un grupo demasiado clasista que solo podían hablar con personas que tuvieran mucho poder, así que hoy me tendrían allí gracias a una invitación ficticia de la que sería mi futura cuñada.

El camarero abre las puertas de la sala privada haciendo que aquellas voces femeninas se calmaran. Primero entran cinco de mis escoltas y después yo.

Odiaba estos rodeos de niñas consentidas. Incluso me había vestido como ellas para encajar, era lo que solía hacer en mi infancia para no quedarme sola. Les doy una sonrisa falsa mientras me miraban.

— Disculpad que llegara tarde... ya saben que trabajo —tomo asiento en una silla.

— Señorita Moon —me doy una sonrisa a una mujer— N-No sabíamos que tendríamos el honor de compartir mesa con usted.

Contengo una arcada. Seguía sonriendo como si mi vida dependiera de ello.

— Sí... hubiéramos preparado algo mejor para usted —las demás asienten.

— ¿No les avisó mi cuñada de que vendría? —la miro sin esconder mi mueca disgustada— Quizás fue una sorpresa.

— S-Sí, era una sorpresa —baja su mirada a su plato.

Todas comienzan a hablar a la vez. Unas me preguntaban sobre mi boda, otras me felicitaban y otras simplemente me alababan como si yo fuera una diosa superior.

Les doy a todas una sonrisa mientras aceptaba la taza de té que uno de mis escoltas me entregaba.

— Yo siempre quise hablar con usted —siguen hablando— Pero soy muy tímida... por eso nunca me atreví.

— ¡Yo también!

— No parecéis muy tímidas ahora... —murmuro soltando mi taza— Me alegro mucho de conocer a las amigas de la hermana de mi futuro esposo —todas sonríen— Me han hablado muy bien de ustedes...

— ¿Enserio? —la hermanastra de Jungkook no abría la boca y se mantenía cabizbaja— Bueno, Jiyoon no habla mucho de usted o de su hermano... pero nos interesas bastante.

— Qué lástima —sonrió— Yo solo había venido por Jiyoon —me miran con confusión— Ella me dijo que se aburría bastante en estos lugares —llevo mi mano a mi boca— Oh, lo siento, creo que hablé de más —miro a su hermanastra, ella me miraba fijamente con una expresión fría— ¿Qué quieren saber sobre mí? A mi ustedes me parecen muy amables.

Todas la daban miradas frías y molestas a Jiyoon. Estaba consiguiendo lo que quería. A mí no me importaban sus amigas, pero a ella sí que le importaba demasiado su imagen.

— En realidad... —una de ellas, la que siempre hablaba primero se levanta— Yo me iba ya —me mira después de darle una mirada furiosa a Jiyoon— Ha sido un gusto conocerla —sonrío.

— Te enviaré la invitación de la boda —sonríe— A todas...

Esto era lo que ellas querían. El estatus podía hacer enloquecer a cualquiera, incluyendo a alguien a quien habían dejado mientras aún estaba comprometida.