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NARRA JUNGKOOK.
Sigo escuchando al hombre frente a mí sin prestar atención a lo que decía. Se suponía que debía estar ocupado con asuntos pero llevaba dos días pensando sin parar en esa mujer.

Fue una casualidad ver como asomaba su cabeza por la ventanilla del vehículo en aquel semáforo, pero no pude contenerme y acabé pidiéndole a mi chófer que la siguiera hasta aquel edificio.

La vi conversar con aquel anciano, incluso le ofreció dinero, pero nunca pensé que fuera a construir un refugio.

La razón por la que le había pedido participar era porque cuando mi madre huyó al quedar embarazada estuvo viviendo en la calle. Incluso yo recuerdo vivir en la calle cuando era un niño por algunos meses hasta que alguien nos acogía.

Cuando llegué a esta mansión después de que mi padre me buscara al morir mi madre toda mi vida comenzó a hundirse. El resto de hijos de mi padre me hacían la vida imposible, el servicio me ignoraba, y siempre me daban el trabajo que nadie quería.

Pero aún así siempre recibía dinero, y comenzaría a gastarlo en algo como esto.

— ...las acciones suben debido al ascenso de la compra de...

— Secretario Lim —deja de hablar— ¿Usted piensa que soy extraño? —se paraliza.

Mi secretario era la única persona que no me miraba con desagrado, quizás solo porque lo contraté sin mediar con el resto de integrantes de esta casa. Él era el único que podía ayudarme a deshacerme de esta duda.

— ¿A-A qué se refiere con extraño, señor? —aprieto mis labios— Usted es perfectamente normal.

Frunzo mis cejas. ¿Entonces por qué ella me llamó extraño? Aunque después dijo que yo era una buena persona. Mierda, era la primera vez que me confundían tanto. ¿Era extraño o buena persona?

Espera, ¿Por qué me importaba?

Esa mujer llamaba mi atención como nunca antes nadie lo había hecho. Tenía un aura misteriosa, y siempre sonreía de forma amable.

Su sonrisa... mierda, me había sonrojado más en diez minutos hablando con ella que en diez años de vida sexual. Aunque era más pequeña que yo, era como si fuera más mayor, su forma de hablar y su mente parecían ser de alguien con más experiencia.

— ¿Qué significa que no puedas mirar a una persona cuando sonríe? —estaba muy confundido, ambos lo estábamos.

— Señor, ¿Acaso usted...? —mira a ambos lados, de acerca a la mesa— ¿Ha conocido a una mujer? —asiento— Vaya... —susurra— Entonces quizás le gusta... y-yo tampoco estoy seguro, ni siquiera tengo novia.

Era cierto, este hombre era bastante joven, no podía ayudarme. Debía seguir acercándome a ella para descubrirlo.

Ambos miramos a la puerta cuando se abre. Un mayordomo de la casa se adentra sin pedir permiso. Me da una mirada fría antes de dejar una carpeta sobre mi mesa, se gira para marcharse. Cuando se cierra la puerta, mi secretario suelta un suspiro.

— Odio al servicio —le miro— Bueno, odio a sus hermanastros —sonrío.

— Yo también, secretario Lim —me devuelve la sonrisa. Saco los documentos.

— ¿Qué es eso? —se acerca.

— La mujer que me confunde va a abrir un refugio —mira conmigo los documentos— Le dije que quería ayudar y me ha enviado los planos.

— Vaya... parece estar todo muy ordenado —lo mira todo.

Así era. Todo estaba muy detallado y había muchos colores. Quería decorar un jardín también para habilitar juegos para niños y zonas de picnic. Aquel lugar era enorme, podría construir eso y más.

Elastic Heart  ©JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora