Capítulo: 3

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Dániel.

Apenas pude dormir un poco luego de dejar a Sara en espera de que su amigo se la llevase a su casa cuando lo que más yo deseaba era llevarme la a la mía y hacerle todo lo que mi libidinosa mente se ha imaginado desde la primera vez que la vi.

Hoy domingo me encuentro descargando toda la frustración que sentí al no poder tener a esa Pelirroja para mí como lo he deseado por años.

Hago ejercicios en mi gym personal en dónde práctico pesas, flexiones, sentadillas y demás en busca de drenar toda la tensión que cargo.

Tengo claro que el estar así de interesado en Sara Spear no es lo único que me tiene estresado noo, sino el cinismo de mi familia al prácticamente querer obligar a Sara a volver a casarse con el idiota de mí hermano Diego.

Y todo por el maldito dinero.

Sé perfectamente que el imbécil manipulable de Diego hará lo que diga el viejo con tal de complacer a mi abuelo y padre.

Ese anciano y mi progenitor se creen con el derecho y poder de mandar sobre los demás.

Son machistas retrógrados y clasistas. No les importa más que sus intereses.

Hoy lunes manejo hacía Helt&Asociados, y en el cuál voy a tomar mi lugar como nuevo socio de ese bufete.

Ya listo salgo de mi departamento hasta llegar al estacionamiento donde me subo a mi Lamborghini negro para dirigirme hasta halla.

Media hora después ya dejé mi auto en el aparcamiento dónde todos los empleados y socios dejan su vehículos.

Entro por la puerta principal y saludo de camino al ascensor a la recepcionista que me sonríe coqueta.

Yo ignoro aquello y me meto en el elevador con gesto neutro, solo que no esperé fue oír esto:

__¡Por favor deten el ascensor!

E inmediatamente de escuchar aquello puse mi mano frenando que las puertas se cerraran a la vez que una figura esbelta y femenina entraste.

Y lo cierto es que me quedé sin aliento al ver a mi Diosa, a la mujer que quiero como la madre de mis hijos.

Sara Spears.

Ella está enfundada en un vestido verde agua que se aprieta a cada una de sus curvas, las tiras se cruzan en su pecho realzando sus pechos de una forma que me hace sentir un tirón en mi entrepierna que intento que no se nota demasiado.

Su melena rojiza le cae en los hombros en unos rizos que me provoca envolver en mis dedos mientras la embisto con fuerza.

Joder Dániel no vayas por ahí...

Aunque me jode es que apenas ella se da cuenta quien soy, ella rápidamente cambie su expresión amena por una tensa que me dan ganas de borrar a punta de besos.

Maldición Diego ¿que tanto daño le has echo?

__Buen día señorita Spears, ¿como amanece?

__Hablo ameno mirándola de arriba abajo, ella por fin me mira con sus bellos ojos verdes que lucen un brillo que en estos momentos no sé descifrar.

__Buen día señor Scott, estoy bien, ¿y usted?

__Responde la Ojiverde tensa apretando entre sus manos su cartera.

__Excelente, con muchas ganas de trabajar.

__Le digo con una sonrisa ladina, a lo que la Pelirroja me asiente sonriendo de boca cerrada.

Debo aclarar que no me gusta para nada pagar los errores de mi hermano.

Él la lastimó no yo sin embargo entiendo que Sara crea que soy igual a él, así que solo está en mis manos cambiar eso en ella.

Somos Fuego (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora