Capítulo: 4

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                             Sara.

Varios días han pasado desde que me topé con mi ex esposo en aquel bar y que su hermano mayor Dániel se hizo socio del bufete, ocasionando que mis nervios se crispen como también que mi centro se contraiga no más recordando lo grande de sus manos y largo de sus dedos.

Apenas imagino que cosas podrá hacer con ellas, me provoca un espasmo en mi centro que luego me cabrea porque no debería sentir nada por ese hombre.

Pero lo cierto es que la atracción sexual entre nosotros, y por la tanto lo he estado evadiendo.

Lo bueno de todo esto es que como ha habido bastante trabajo, pues me es más fácil evadir la tentación que lleva por nombre.

Dániel Scott.

El día de hoy me encuentro mucho más temprano en la oficina porque como dije he tenido mucho trabajo, y el cual anoche no pude terminar.

Así que lo termino en este momento, no me gusta dejar trabajo inconcluso porque se me acumula.

Y la idea es que terminar todo en la semana para poder pasar un fin de semana libre de pendientes.

El estómago me gruñe mientras corrijo una propuesta, recordando me que aún no he desayunado.

Y como me conozco sé que debo comer antes que me ataque dolor de cabeza.

Cuando me ataca el dolor de cabeza también me dan náuseas, así por esa razón es que me levanto de mi puesto destras de mi escritorio.

Tomo mi cartera de mano y salgo de mi oficina con paso ligero.

Me dirijo al ascensor para bajarme en el piso de la Cafetería. Bajo tres pisos quedando me en el piso tres, y me doy cuenta que el lugar está solo.

Me acerco a la cocinera Marie que al verme me sonríe, ella es una señora de cincuenta años de tez blanca, ojos marrones con un brillo afable que hacen que inmediatamente todos le caiga bien esta mujer.

__Buen día Marie, ¿Cómo está?

__Saludo amena a la mujer mayor que me sonríe.

__Buen día Sarita, al parecer llegaste temprano hoy mi niña.

__Responde Marie con cariño a la Pelirroja que sonríe.

__Tengo demasiados pendientes, así decidí venir más temprano para que me rinda mejor.

__Explico amena, mirando como ella tomaba dos media luna con café con leche.

Adoro a esta mujer que me conoce muy bien, y sabe que amo las media luna junto con cafe con leche para desayunar aquí.

Marie tiene un don increíble a la hora de cocinar cualquier cosa.

Yo la envidio porque a mi se me quema el agua hervida.

Ella me entrega la bandeja con mi desayuno, solo que al oírla suspirar cosa que me hace verla extrañada.

__Aay Sarita ese hombre es un bombón, que ojazos azules se carga ese monumento.

__Alega Marie maravillada, logrando que la Ojiverde se gire para ver cómo su gesto sereno pase a tenso.

__Buen señoritas, ¿como están?

__Habla la voz ronca del hombre lo que consigue que ambas féminas les recorra una electricidad placentera.

__Buen día señor Scott, yo estoy bien, y usted pues se nota lo bien que está...¿Le sirvo su café negro?

__Suelta la cocinera jocosa, obteniendo que tanto el Moreno como la Pelirroja dan un jadeo de sorpresa para luego reírse.

__Eeh, al parecer olvidas te traer el filtro hoy Marie, en fin me iré a comer.

Somos Fuego (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora