Capítulo: 15

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                            Dániel.

Juro que sentí que mi mundo se tambaleaba en el momento que ella, Sara la mujer que amo dudó cuando el juez le hizo la pregunta.

Pero lo bueno que noté es que solo estaba nerviosa, tan nerviosa como yo lo estaba aunque no se me notara.

Luego todo siguió su curso hasta que el Juez hizo otra pregunta que creí ilusamente que nadie respondería.

Y me equivoqué.

Porque la loca de Nora Barkley quien al parecer no le quedó claro que lo que tuvimos se terminó hace años.

Aveces siento que se me acercan puras locas de remate.

Lo bueno de esto es que Sara me creyó.

Me gusta que ella confíe en mí ya que me da la esperanza de tener su amor.

El resto del día me la paso hablando tonterías, bailando y comiendo.

Detallo que algo raro le pasa a Anthon mi suegro porque lo veo de mal humor.

También descubro que no le quita la mirada de encima a Ryles y a su novio.

Oh joder, no es cierto.

Anthon gusta de la mejor amiga de su hija. Esto avecina problemas.

Decido que mientras nada malo pase me haré aún lado porque lo cierto es que ese asunto no es mi problema.

Al fin llega la noche donde me llevo a mi esposa en una limosina que nos conduce al hotel cinco estrellas donde vamos a cambiarnos para ir a nuestra Luna de Miel.

Ya en la habitación ingreso a paso lento mirando con absoluto deseo a mi esposa la cual traga seco.

Yo sonrío de lado y me encamino hacia ella que aguanta la respiración.

Frente a frente le doy un suave beso en su coronilla.

Sí deseo hacerle el amor, y ella también lo desea pero no será así.

Será cuando Sara se dé cuenta del amor que me tiene.

Sí también soy ambicioso pero es lo que más anhelo. Su amor.

__Ire a cambiarme al anexo...Ponte ropa cómoda que el viaje es largo.

__Le indico sereno para dirigirme al mencionado anexo.

Jamás la forzaría a hacer nada, sé que todo se dará naturalmente.

Ella me ve impactada para luego asentir.

Dios merezco el puto Oscar por disfrazar mis verdaderas ganas de Follar la ante ella.

Para calmar la calentura que me azota me doy un baño de agua fría y sospechando que estás me serán recurrente cuando llegamos a nuestro destino en la Luna de miel.

Culmino mi aseo aunque más bien lo sentí una tortura salgo vistiendo un buzo azul junto con una remera blanca y unas zapatillas negras.

Dejo mi pelo húmedo y entro a la habitación donde está mi Diosa.

La cual luce perfectamente en un vestido de veraneo color rosa con flores multicolor que se ajusta a sus curvas.

Tiene su melena rojiza recogida en un moño mal trecho y su rostro al natural.

Nos sonreímos para salir del cuarto y por porteriormente fuera del hotel.

Nos montamos nuevamente en la limosina y nos vamos rumbo al aeropuerto.

Sonrío sintiendo mi corazón a todo galope cuando ella sin pena apoya su cabeza en mi hombro y entrelaza su mano derecha con la mía izquierda.

El silencio entre nosostros no es tenso sino muy agradable.

Somos Fuego (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora