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Maddy se acomodaba en su escritorio, mientras trataba de concentarse en la nueva información que le había llegado, pero claro que no era así, su mente divagaba en pensamiento crueles, que por más que lo intentará, siempre estaba ahí para destruirla.

Hace unas semanas que no tenía contacto con Tom, y eso era algo que la mataba por dentro, las preguntas en su mente, todas las dudas.

¿Hizo algo que le molestará? ¿Dijo algo? ¿Que había hecho para alejarlo? Esas y entre más torturas abundaban en su cabeza.

Suspiro frustrada por no poder concentrarse, si no hacía bien su trabajo seguramente caería en desgracia.

Su hermana también había estado un poco distante, salía repetidas veces, sabia que había alguien, seguramente era el chico del cuál le hablo aquella vez, quería darle su privacidad y esperar a que ella misma le dijera las cosas.

Ordeno pacientemente los papeles, y los dejo aun lado, no podía seguir en aquel lugar, con con todas aquellas preocupaciones carcomiendo su alma.

Se levantó de su asiento y le dió una última mirada a su oficina, asegurandose de que todo quedara en orden, y las luces apagadas, el recibo de luz no era nada barato, ahora comprendia un poco más a sus padres.

─Señorita Campbell..¿Se irá temprano?─Suzy hablo con una sonrisa, le agradaba esa chica.

─Si... Tengo algunas cosas que hacer en casa.─Le dió una última mirada y camino en dirección al elevador.

Entro a este y presionó los botones para poder bajar, por alguna razón no se sentía bien, la última vez que dejó de confiar en sus sentidos termino casi en terapia.

Las puertas de este se abrieron, dándole el paso para poder salir, elevó su mirada y sus ojos se iluminaron al observar la persona frente a ella, con un ramo de rosas, muy lindas.

Sonrió mientras su corazón se hinchaba de ternura, mientras se acercaba tranquilamente hacia el.

─Matthew...─Menciono, al estar frente a frente.

─Tenía semanas sin verte... Así que decidí hacerte una visita sorpresa, lamento si te interrumpo..─Le devolvió la sonrisa. ─Ten... Son para ti..─Le extendió el objeto en sus manos.

Sus mejillas rapidamente se ruborizaron, era un detalle muy lindo, y viniendo de su amigo más especial, le hacía sentir que su amistad valia más que oro.

─Son hermosas...

─Se parecen a ti..─respondió con astusia, sabiendo como encantar el corazón de la chica.

─Gracias... No era necesario...─ Agradeció, tratando de evitar el tema de los alagos.

─¿Te gustaría ir a cenar? Se que aún no lo haz hecho, no es tu hora de comida..

La chica dudo por unos segundos, no quería ilusionar más aquel chico, era bueno, lo quería demasiado, pero no como el lo pedía.

Sonrió y asintió suavemente, siempre le había rechazado todas sus invitaciones, no quería parecer mal agradecida, y de igual manera, era su amigo, eso no cambiaria.

Ambos se sonrieron y comenzaron a caminar hacia la salida. El auto de Matthew no se encontraba muy lejos, así que no tendría que caminar tanto.

(...)

Bill caminaba por los pasillos de aquel antro, con una bebida en su mano derecha, mientras su cabeza divagaba, y sus pensamientos siendo dominados por aquella adolescente.

Hace semanas no la veía, la última vez que la vio fue cuando también mando al hospital al chico que estaba cerca de ella, simplemente los toques que este le estaba haciendo no le gustaron.

𝗬𝗲𝘀 𝗜 𝘄𝗮𝗻𝗻𝗮 𝗱𝗼 ; Tom Kaulitz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora