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Canción recomendada:
All i want - kodaline.

Observe su rostro, sus ojos estaban cerrados, mientras abrazaba sus piernas, recostando su rostro en sus rodillas, el viento golpeaba nuestras caras, y el se comenzaba a ocultar, era el escenario perfecto.

Lamí mis labios, y le di un sorbo a mi bebida, después de pasar algunas horas en casa, en una muy larga sesión de besos, de las cuales no me quejaba para nada, decidimos venir al lugar, a nuestro lugar.

Golden corría por todo el pasto, jugando con los peluches que Maddy había insistido en traerle para que se distrajera un poco, y así fue, ahora ya ni siquiera se acercaba.

─Es lindo...─ Susurro.

─¿El que?

─Esto... El lugar, el ambiente... Todo es extrañamente perfecto, y eso me da miedo..─ Escuché una pequeña risa salir de sus labios. ─¿Cómo lo descubriste?

Conecté nuestras miradas, sabía que ella no resistía aquello, se ponía nerviosa fácilmente, y eso me encantaba.

─Tenía 15 años... Tuve una de mis peores discusiones con Bill... Me sentía de la mierda, dijimos tantas cosas, yo especialmente, no sabía dónde ir, o que hacer... Así que tome un auto, no era mío, pero encontré las llaves por ahí, así que no se me hizo difícil robarlo. ─Rei bajo, y tome un sorbo de mi bebida. ─ Comencé a conducir como loco, sin ningún rumbo, hasta que el maldito auto se quedó sin gasolina... Justamente aquí, no tuve otra opción que pasar la noche en este lugar, y por alguna extraña razón me gustó... Las salidas se hicieron más habituales, y siempre eran a este lugar, cuando me sentía mal, siempre que quería estar solo, pero no sentirme de esa manera, siempre venía aquí, se había convertido en mi lugar seguro...

─¿Por qué me trajiste aquí?─ Pregunto, y sabía el por qué de su duda.

─Por qué cuando te vi.. inmediatamente lo supe, desde el primer momento en el que me tenías como un psicópata, investigando toda tu vida, desde ese preciso momento supe lo importante que serias para mí, supe que eras la indicada para mostrarle está maravilla... Y no me equivoqué.

Sus mejillas se tornaron rosadas, lo que me hizo reír, me levanté de mi lugar y sacudí mi ropa, le extendí mi mano para que imitara mi acción, y así fue.

─Está un poco más más limpio... Parece que han recortado y le han dado forma al césped ¿Lo nostaste?─ Pregunto con una sonrisa, a lo cual asentí suavemente.

Sus ojos brillaban, y sus mejillas siempre portaban ese leve rosa natural que las caracteriza, ella observaba curiosa los nuevos arreglos que había en el lugar, sonreí al ver que le gustaba.

─Maddy...─ le llamé, ella se volteo, tome sus manos las entrelaze con las mías. ─ Alguna vez te dije que eras mi estrella,  mi pequeña estrella... ¿Lo recuerdas? Pero nunca te dije el por que... Eres aquello que llegó a iluminar mi vida de una manera que no tienes idea, quien me enseñó que no todo era blanco y negro, que el amor si tiene color, que las palabras y los apodos si tienen significado, que las noches si se pueden llenar de terror, pero no cuando estoy contigo... Y puedo decir que estoy enamorado... Enamorado de tu sonrisa, de tu voz, de tu cuerpo, pero más importante, estoy enamorado de tus sentimientos y alma, y el cómo has podido rescatar a la mía.─ suspire, tomando un poco de aire. ─Y veo todo, lo veo en mi mente, nos veo a ambos, entrelazados, el cómo antes el amor era blanco y negro, y ahora por fin se pudo mostrar en su verdadero color, es dorado, al igual que este anillo.

Sonreí y me incline, apoyando una de mis rodillas en el pasto, solte suavemente sus manos, y con cuidado saque aquella pequeña cajita, aquello tan pequeño, pero que representaría tanto.

𝗬𝗲𝘀 𝗜 𝘄𝗮𝗻𝗻𝗮 𝗱𝗼 ; Tom Kaulitz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora