25

35.8K 3.5K 2.5K
                                    

Algunos meses habian pasado, todo se estaba solucionado de una forma realmente sorprendente, las preocupaciones ahora eran menos, las risas y alegrias se habian convertido en la prioridad, de todos...

Bill había comenzado a dejar la fiesta, estaba comenzando a centrarse un poco más en su música, actualmente la banda no estaba muy activa, y ya era hora de volver a lo que era antes, a su completa felicidad.

Georg y Gustav se habían puesto en contacto con ambos gemelos, anunciando que pronto se verían, que se extrañaban, todos lo hacían, tenían tantas cosas de las que hablar, tanto que decirse.

Sofia había comenzado a estudiar profundamente en su carrera, ya no tenía tiempo para pensar en ningún tipo de interés amoroso, y estaba feliz, lo estaba por que por fin estaba logrando salir de aquel agujero negro que la consumía con rapidez, pero tenía a su hermana, y era lo único que nesecitaba.

Tom se había vuelto un romántico de primera, todas y cada una de sus buenas miradas, cada una de sus sonrisas, cada uno de sus sentimientos, todo estos iban dirigidos hacia la chica que lo tenía fuertemente enamorado, y el lo aceptaba, ya no intentaría luchar con eso, ya estaba más que claro el color de las cosas.

Precisamente estaba esperando la llegada de sus amigos, quería que ello estuvieran presentes cuando por fin pudiera pedir la mano de la joven, y estaba ansioso, como nunca, todas las noches practicaba el discurso que ya tenía preparado, pero sabía que al momento de decirlo, se le olvidaria por completo.

Tenía todo planeado, cada una de las cosas que le daría, cada una de sus expresiones y el que sus palabras fueran las correctas, quería que fuera especial, quería que fuera algo inolvidable, quería que fuera algo tan de ellos... Algo que solo en ellos tuviera significado, algo que solo al verlo, rápidamente se sintieran identificados, quería que le gustara...

Sentía tantas cosas al mismo tiempo, y aún no terminaba de creer como una sola persona provocaba tantas emociones en el, y era maravilloso, se sentía bien, por más que intentara negarlo, no podía, estaba enamorado.

Estaba completamente jodido, y lo sabía.

Maddy habia comenzado a pensar un poco mas en ella misma, a pensar en lo que le hacía feliz, en lo que al final del día siempre le hacía sonreír.

Le gustaba sentirse de aquella manera, le gustaba sentirse tan querida, le gustaba sentir aquellos brazos rodearla en cualquier momento, en cualquier lugar, a cualquier hora, le gustaba sentir su respiración, le gustaba estar con el.

Y había caído... Por fin.

En una noche... Cuando sus miradas se encontraron, cuando conectaron de una manera que nunca lo había hecho, en el momento que supieron que su destino siempre fue estar juntos, y que eso nunca podría cambiar.

Cuando sus corazones latían con la misma fuerza, cuando la electricidad de sus pieles, a un simple roze, fue el momento exacto en el que ella se dió cuenta de que estaba enamorada, No... Esa palabra no definía ni siquiera un poco de lo que sentía por aquel hombre, ni siquiera un poco.

Lo amaba.

De eso estaba más que segura, lo amaba con toda la intensidad, y nunca se cansaría de pensarlo, o decirlo, después de tanto, después de todo lo que pasaron, después de tantos problemas, risas, muerte... Después de todo, siempre seguirían juntos...

La chica sonrió al verlo, estaba sentado sobre la alfombra de la sala, mientras jugaba con Golden... ¿Quien es?

Hace unas semanas Tom dijo que le tenía una sorpresa, y fue cuando después de eso lo observó... Estaba en su puerta, con una sonrisa radiante, y aquella pequeña criatura en sus manos, era un cachorro, con algunos meses de vida, a su raza se le llamaba Bulldog, era color blanco, y tenía una mancha negra en su ojo, y tal vez una que otra color café a lo largo de su cuerpo.

𝗬𝗲𝘀 𝗜 𝘄𝗮𝗻𝗻𝗮 𝗱𝗼 ; Tom Kaulitz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora