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Bill trago saliva al estar nuevamente estacionado frente aquella casa, después de dos meses en evitar cualquier pensamientos hacia ella, y las personas que la habitaban.

Solo faltaba una semana para que Tom saliera del hospital, era algo que a todos les entusiasmaba... estaba ahí con el consentimiento de Maddy, quien había dejado más que claro que Sofía no se encontraba en casa, aún no salía de la universidad, bajo del auto y lamió sus labios con nerviosismo.

Camino hasta la puerta, y habrio está con la llave que la menor alguna vez le dió, observo su interior, y los recuerdos de aquella noche llegaron como tornado a su cerebro, aún dolía, dolía por qué el siempre estuvo consiente de que estaba mal, y aún así se dejó llevar por la tentación de tenerla con el.

Nego frenéticamente, intentando no desviarse, y camino escaleras arriba, el y Maddy se habian comenzado a llevar un poco mejor, se podría decir que su confianza poco a poco estaba volviendo, y se sentía ansioso, queria hablar las cosas, quería que nada de lo que pasó los alejara de una forma tan silenciosa, pero notable a la vez.

Está misma le había pedido que llevará ropa, sabía que el estilo de ella había cambiado, y realmente le encantaba como combinaba cada una de sus prendas, así que está vez el sería el encargado de su look.

El caso del accidente aún seguía intacto, estaban esperando que Tom pudiera estar un poco mejor, nunca pudo ver la cara del otro afectado, y tan poco le importaba hacerlo, sabía que de una forma u otro tendrían que ganar.

Al ya tener al menos tres mudadas para la chica, tomo estás y sonrió, ella en cada una de sus prendas tenía una estrella, algo pequeña, colocada en el borde, está se encontraba coloreada de dorado, dando a entender que todo lo que vestía era hecho exclusivamente para ella.

Antes de salir de la habitación observo que nada se le quedará olvidado, y al estar seguro de esto, cerro la puerta y comenzó a bajar las escaleras tranquilamente.

Elevó su rostro al escuchar el ruido de la puerta siendo abierta, sus miradas conectaron, sus corazones latían desenfrenados, ambos sin poder reaccionar ante su reencuentro, ambos sin poder creer que estaban volviendo a verse.

─Bill...─Susurro la joven, aún sin poder creer que se encontraba frente a el. ─¿Q-que haces aquí?.

El mayor trago saliva, bajo la mirada para mostrar el bolso con ropa, sonrió... O bueno, eso intento hacer.

─Maddy me pidió que le llevará un poco de ropa...─ hablo este, volviendo hacer contacto visual.

─Oh... Cómo... ¿Cómo está Tom?...─ Pregunto ella, sintiendo como su pecho se oprimia.

─Mejor... Sus ánimos también han subido, el estar con Maddy le ha ayudado en su recuperación..─ Pronunció, y el silencio nuevamente los inundó.

La chica mordió su labio inferior con nerviosismo, quería hablar, quería resolver cada una de las cosas que habían pasado, quería estar con el...

─Lo siento...─ Hablaron los dos al unisono.

─No... Sofy, yo lo siento, se que no fue adecuado mi comportamiento, en ninguna de veces que nos vimos, se que al ser yo el mayor, el que se supone que lleva más madurez, yo debí haber frenado todo, discúlpame si en el transcurso te hize daño, nunca fue mi intención hacerlo, era lo que menos quería, por favor... Perdóname por todo lo que te hize pasar.

La joven se quedó helada ante las palabras del mayor, sabía que en algún momento ambos tendrían que enfrentarlo, pero nunca penso que el fuera el primero en hablar sobre el tema.

─Si no quieres hablar conmigo, está bien... Lo entiendo.

─Bill...

─Pero no quiero que me odies, o que sientas algún tipo de rencor, no quiero ver tus ojos y sentir que realmente te herí, por favor...─ sus palabras salían de forma torpe y rápida, sin dejar hablar a la joven.

𝗬𝗲𝘀 𝗜 𝘄𝗮𝗻𝗻𝗮 𝗱𝗼 ; Tom Kaulitz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora