Resaca

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A la mañana siguiente cuando los rayos de sol empezaron a entrar por los espacios entre las cortinas, Andrea se despertó con un fuerte dolor de cabeza.

Ella no recordaba nada de lo que hizo anoche o de como llegó a casa.

No solo le dolía la cabeza, le dolia la garganta como si hubiera gritado toda anoche, sus piernas se sentían débiles, sus músculos tensos y tenia un ligero cosquilleo y dolor en la entrepierna.

Ella se levantó y trató de caminar hasta el baño, solo para descubrir que le costaba caminar derecho.

"¿Me caí cuando llegué a casa?", se preguntó de camino al baño.

Después de un rato, ella entró al baño y abrió la ducha para darse un baño.

El agua fría de la regadera la ayudó a despertarse y calmar un poco su adolorido cuerpo.

Ella salió del baño y se puso ropa cómoda para andar en casa, ella vio la hora y vio que era casi las once de la mañana.

"Supongo que hoy faltare a la universidad", decidió ella, con su cabeza palpitando y sus piernas débiles como dos fideos, no pensó en salir de casa.

Ella fue hasta la sala y se encontró con su madre, ella la vio y dijo con tono sarcástico.

"Veo que sigues viva."

"Jaja, ¿hice ruido cuando llegue?"

"No se, yo y tu padre llegamos esta mañana. Fue el pobre Mikaela quien tuvo que lidiar contigo."

El coño de Andrea cosquilleo un poco ante la mención de su hermano menor, pero no tenía idea de por qué.

"Oops, me disculpare cuando vuelva... por cierto, ¿dónde está?"

"¿Dónde más? En la escuela, tu padre lo fue a dejar cuando se dirigió a la oficina."

"Oh..."

Andrea se sentó en el sofá junto a su madre y se acurrucó a su lado.

"Por cierto, Mikaela dijo que rompiste con tu novio."

"Ugh... no me lo recuerdes..."

***

En una escuela de Lyon, sonó la campana que anunciaba el comienzo del receso.

Los estudiantes salieron de sus salones, algunos fueron a la cafetería a comprar algo para comer mientras que otros comían lo que trajeron de sus casas.

Entre los estudiantes que hacían fila en la cafetería estaba un apuesto chico de cabello rubio pálido, ojos verdes y un pequeño lunar debajo del ojo.

Debido a lo que el y su hermana habían hecho, él salio a toda prisa de su casa sin comer y solo tomando algo de dinero que le dio su padre.

"Seguramente ni siquiera recuerde lo que hicimos", pensó con una sonrisa irónica.

Anoche él y su hermana perdieron juntos la virginidad... pero su hermana estaba ebria y dolida por su ruptura amorosa.

Suspiro "No debí haber hecho eso..." Después de la exicitacion y el placer de tener sexo por primera vez, vino el arrepiento y la culpa.

Si bien era cierto que fue Andrea quien lo empezó, el le había seguido el juego y ambos acabaron durmiendo juntos.

La fila avanzo mientras Mikaela estaba sumido en sus pensamientos.

Cuando llegó su turno, escogió el menú del día y pagó.

Caminó hasta una mesa vacía con la esperanza de comer tranquilo, pero eso duró poco.

Un grupo de chicas se acercaron a el como si fueran hienas en busca de algo de comer.

Una de ellas tenía el cabello teñido de rojo y las raíces negras.

Ella sacó una revista y la puso frente a Mikaela.

En la portada estaba Mikaela un traje elegante de tres piezas junto a  Andrea que vestía un elegante vestido gotico.

El estomago de Mikaela se revolvió. De repente ya no tenía tanta hambre.

"Monsieur Mikaela, ¡usted y su hermana salieron divinos en la edición de esta semana!"

Las otras chicas asintieron en coro ante su declaración.

La revista pertenece a la cadena publicitaria de la empresa de los padres de Mikaela.

Ellos eran dueños de un empresa de moda, de diseño de ropa y modelaje.

Debido a la buena apariencia de sus hijos, aveces les pedían que modelen para ellos.

Mikaela sintió nauseas cuando vio la portada, en ella estaban el con su hermana envolviendo su brazo alrededor del suyo.

La cercanía que demostraron en la fotografía le recordó los eventos de anoche y sintió como su apetito se terminaba de arruinaba.

El oculto su incomodidad y sonrío al grupo de chicas de manera encantadora.

"Me alegra que les guste, Mesdemoiselles."

Al ver la sonría del atractivo Mikaela, las chicas se sonrojaron, después de unas palabras más, ellas se alejaron y dejaron a Mikaela.

Él avanzo lo más que pudo de su comida y camino al baño, ahí se lavo la cara y vio su reflejo.

"Grande soeur, espero que hayas olvidado lo de anoche", dijo en voz baja.

Las clases avanzaron normalmente, pero a Mikaela le costó bastante concentrarse.

Al final de la jornada, el grupo de amigos de Mikaela se acercó y lo invitaron a dar una vuelta.

Generalmente, el rechazaría la oferta y se iría a casa, pero hoy lo último que quería era estar ahí, así que acepto.

***

"..."

"..."

"..."

Los amigos de Mikaela evitaron su mirada.

"Son una mierda", dijo Mikaela con el ceño ligeramente fruncido.

Actualmente estaban en un karaoke junto a un grupo de chicas de otro salón.

Lo habían llevado a una cita grupal.

Tabú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora