No quiero ir a casa.

370 11 0
                                    

Mikaela resistió el impulso de golpear a sus amigos.

Francis lo apartó y le susurró en voz baja: "Perdón por no avisarte, pero dijeron que solo vendrían si venían cuatro chicos."

"...Ya sabes, esta podría ser nuestra oportunidad."

"¿Oportunidad de qué?"

"De dejar de ser virgenes, claro."

Mikaela vio a Francis con una mirada llena de desdén, pero luego se convirtió en lástima.

"Es por actitud de urgido es que espantas a las mujeres."

"Y tú eres todo un cazador, ¿no?"

"...Sin comentarios."

Si bien Mikaela no era ajeno a tener citas, le resultó molesto la atención que recibía por parte del género opuesto.

Al final decidió quedarse y pasar el rato.

...Que terrible decisión.

Sus amigos no solo eran un grupo de urgidos, eran terriblemente malos cantando.

Cada vez que una de las chicas cantaba, ellos eran como un grupo de otakus que no se tardaban en aplaudir y lanzar alabanzas.

"¿Por que sigo saliendo con ellos?", Pensó Mikaela.

"Voy al baño", dijo mientras se ponía de pie y salía de la sala.

No fue al baño si no que camino hasta la salida.

Pensaba irse y cuando estuviera lejos, les enviaría un mensaje diciendo que se presentó una situación urgente.

Salió del karaoke y se encontró con la fría brisa de la tarde, no era particularmente tarde, pero debido a que era invierno, el sol ya se estaba ocultando.

Mikaela camino por las concurridas calles hasta la estación de metro, no tomo un taxi ya que aún no quería llegar a casa.

Ahí estaría Andrea, cuando la viera, ¿Qué diría? ¿Ella recordaba lo de ayer? ¿Se avergonzaria de lo que hicieron? ¿Se sentiría asqueada? ¿Lo culparía a él? ¿Lo odiaría?

La cabeza de Mikaela era un caos ahora mismo, cuando el sonido de su teléfono lo volvió a la realidad.

Era un mensaje de Francis.

[-¿¡Donde estas!?]

Mikaela vio la pantalla de su teléfono por unos segundos antes de comenzar a escribir su respuesta.

[-Surgió algo en casa, perdon.]

Cuando estaba por presionar "enviar" sintió un ligero toque en su hombro.

Mikaela dio un brinco, asustado por el repentino toque.

Cuando vio para atrás, vio a Amelia, la amiga de su hermana.

Ella lo veía con una sonrisa traviesa en sus labios.

"Oops, parece que te asuste", dijo, sin perder la travesura en su sonrisa. "Te veias muy serio mientras escribías, ¿es tu novia?"

Amelia inclinó la cabeza, tratando de ver la pantalla del celular de Mikaela.

Mikaela presiono el botón de enviar antes de guardar su teléfono y hablar.

"Me escape de una cita grupal, estaba intentando una excusa."

"Ohh, eres un chico malo."

Amelia asintió en reconocimiento y se puso a lado de Mikaela mientras reanudaba sus pasos.

"¿Andrea llego bien anoche?, preguntó Amelia.

Mikaela, sin ganas de hablar sobre Andrea, asintió en silencio.

Amelia sintió que había algo mal con Mikaela, siempre fue distante, pero hoy era ligeramente... extraño.

Ella examino su rostro detenidamente, cada detalle, en busca alguna señal.

Su cabello rubio palido como el trigo, sus ojos verdes como esmeraldas, el pequeño lunar debajo de su ojo, su barbilla afilada, las curva de su nariz...

"¿Qué?", preguntó Mikaela, incómodo con la mirada de Amelia.

Amelia sonrió y negó con la cabeza.

"Solo pensaba en que estás algo raro."

Mikaela suspiró y siguió caminando.

Caminaron en silencio hasta que llegaron a la estación, Amelia tomaba una ruta distinta, por lo que se separaron.

Mikaela recorrió toda la estación por una hora hasta quedarse completamente aburrido.

Al final decidió que ya era hora de ir a casa.

Mientras iba por un boleto, una mujer se le acercó con una expresión complicada.

"...Disculpa joven, ¿te encuentras bien?"

Mikaela inclino la cabeza ante la pregunta de la desconocida.

"Has estado dando vueltas por bastante tiempo..."

"Oh, solo hacía tiempo mientras llegaba el metro", mintió sin la necesidad real de expresar mucho a una desconocida.

La mujer lo vio y una sonrisa se extendió por su rostro.

"Si ese es el caso, ¿te importa hacerme compañía en lo que llega el metro?"

Mikaela lo pensó por un momento, la mujer no parecía peligrosa, lucia como una asalariada normal, él también quería perder más tiempo para no ir a casa por un rato y en cualquier caso, estaban rodeados de gente.

"Claro."

Así que aceptó.

***

"...haah.."

"hmm~ sííííí."

Esto no se suponía que fuera así.

"...Eres... bastante... grande..."

Se suponía que solo iban a charlar un rato hasta que llegara el metro.

'...Madame... estoy cerca... quítate de encima..."

Así que, ¿cómo llegaron a esto?

"Hoy es... haahng... un día seguro..."

Actualmente Mikaela estaba en un motel siendo cabalgado por la mujer que acababa de conocer.

Tabú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora