"Bendito sea el guadardo automático..."
Andrea suspiró aliviada mientras se aseguraba se guardar todo correctamente y volver a tumbarse en la cama.
"Ahhhg..."
En el momento en que su mente se relajó, se volvió a tensar.
"Que porquería..."
Sin ya nada con que distraerse ni ocuparse, su mente le abrió paso a aquello que tenía guardado en el rincón.
Andrea se pasó las manos por el rostro, tratando de despejarse la mente.
Pero simplemente no pudo, aquello que pensó era un agradable y candente sueño resultó llevar una realidad más asquerosa y turbia detrás.
Al recordar aquel momento íntimo compartido con él, una mezcla de frustración, asco y confusión la invadió. Se sentía atrapada, atrapada entre su atracción física y la realidad.
Ya ni siquiera sabía en que momento comenzó a sentirse físicamente atraída por él.
"¿Cuándo fue...?"
Aquello que solo era un sueño borroso y lleno de estática era ahora un recuerdo ridículamente claro.
El recuerdo volvió a ella vívidamente: su piel en contacto con la suya, las ridículas palabras que había dicho mientras se entregaba... o lo tomaba, "Ugh, yo estaba arriba..." y luego aquella sensación momentánea de alivio y cansancio cuando se separaron, que se desvaneció con la intensa sensación de culpa que siguió...
Había sido totalmente diferente de tocarse a si misma, ya sea por el alcohol, el dolor de la primera vez fue rápidamente ahogado por el placer.
"Mierda..."
Pero eso no evitó que Andrea se arrepintiera con cada fibra de su ser.
No solo estaba el sentimiento de culpa y el asco por no haberlo hecho, sino también un sentimiento de vergüenza por cómo la mala mezcla entre sus instintos, el alcohol y despecho la controlaron por completo esa noche.
"¿Por que tuve que ir a abrir la boca...?"
¿Hablar correctamente? Andrea dudaba de siquiera poder verlo a los ojos.
¿Cómo iba a verlo a los ojos y no recordar lo que había sucedido? ¿Cómo iba a mirarse a sí misma y no sentirse atrapada en un remolino de emociones contradictorias?
La telaraña de emociones hiladas descuidadamente en su interior la abrumaba como un peso en su estómago.
Se sentía mareada, y al mismo tiempo tan pesada como un gran bloque de cemento. Su mente se embarulló aún más, y todo parecía enredarse en su mente como una enredadera en una cerca, ahogando cualquier otro pensamiento o reacción lógica.
"Que asco...", murmuró con pesadez.
En el silencio de la habitación, Andrea se sentía como si estuviera ahogándose.
Cerró los ojos, tratando de calmarse y alejar las imágenes de su mente y el creciente calor entre sus piernas, pero todo lo que podía ver eran recue...
"¡AHHHG!"
Andrea intentó con todas sus fuerzas sacudirse el pensamiento, pero cada vez que lo hacía, su mente se enfocaba en cada detalle de aquella noche.
...Todo volvía a su mente, cada detalle vívido y claro como si estuviera ocurriendo nuevamente, hasta el punto de querer llorar cuando sintió su humedad manchando su ropa interior.
"Me estoy convitiendo en una degenerada..."
***
[¿Qué? ¿Cómo que no vendrán?] Francis sonaba molesto.
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Tabú
RomanceLa noche cae y una mujer despechada y ebria encuentra consuelo físico y emocional en su hermano menor.