Mikaela había subido a su habitación por solo un motivo, ver los mensajes de Diana.
A él realmente no le interesaba el regaño de Andrea y no tenía problemas en escucharla por horas, pero ahora mismo su atención estaba en sus mensajes, los cuales no planeaba mostrarle a nadie.
Si fueran sus conversaciones con Amelia, no tendría problema, pero...
Él no tenía idea que sería lo que Diana le envió, por lo tanto prefería verlo solo.
Mikaela se sentó en su cama y leyó detenidamente los mensajes.
Solo para suspirar decepcionado.
"..No, ¿qué es lo que esperaba?, murmuró para sí mismo.
Resumiendo, solo era ella presentándose y pidiendo que guarde su número.
Que triste.
Su cuerpo lleno de hormonas que él ni sabía que estaban ahí, comenzó a latir con decepción.
No esperaba mucho, pero un mensaje algo subido de tono hubiera sido bien recibido.
Mikaela envío un pulgar arriba antes de arrojar el teléfono sobre la cama e ir a buscar sus libros.
Se quedó mirando fijamente los libros de texto en su escritorio por unos momentos antes de encontrarse con un nuevo problema.
"¿Con que materia empiezo?"
Olvidó revisar su horario de exámenes.
Mikaela volvió a sentarse en su cama.
Saber que estudiar era tan fácil como preguntar a uno de sus compañeros de clase, pero realmente no quería hacer nada.
Después de mirar a la nada por varios minutos, suspiró derrotado y tomó su teléfono.
Él estaba por escribirle a Jean, cuando recibió un mensaje de Diana.
Rápidamente, muy rápido, Mikaela entró al mensaje.
Una sonrisa inconsciente se extendió por sus labios.
[-Salí antes del trabajo, ¿podemos vernos?]
Sin pensarlo dos veces, se levantó de la cama y se cambió de ropa.
Guardó su teléfono en el bolsillo interior de su chaqueta y salió de casa.
El mensaje de Diana lo había motivado bastante, de forma que no lo había estado en bastante tiempo.
***
Nuevamente, decepción.
Mikaela se había sentido dos veces decepcionado en un día.
Y a manos de la misma persona para variar.
Mikaela miró con aburrimiento a la mujer sentada frente a él.
Diana evitó totalmente la mirada de Mikaela.
Incluso estar sentados en la misma mesa le resultaba difícil.
Mikaela suspiró y se pellizcó el entrecejo, una reacción rara vez vista en él, más típica de su hermana.
"Entonces, ¿qué decías?, preguntó luego de calmar su decepción.
"Yo...", comenzó Diana, aun evitando su mirada. "No debí hacer eso..."
Mikaela se limitó a mirarla.
Al ver que Mikaela no tenía intención de hablar, Diana continuó.
"Incluso si estaba molesta, no debí haberme desquitado con un chico de tu edad..."
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Tabú
RomanceLa noche cae y una mujer despechada y ebria encuentra consuelo físico y emocional en su hermano menor.