¿Qué pasó?

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Media hora antes.

La mujer que se sentó junto a Mikaela se presentó como Diana y comenzó a hablarle de su vida.

Al principio, Mikaela fingió escuchar, pero lentamente su atención fue captada y se encontró escuchando atentamente a Diana.

La mujer tenia mucha presión en su mente y desahogarse, incluso si fuera con adolescente que no conocía, fue bueno para ella.

Ella empezó hablando sobre su trabajo y como tenía a su jefe sobre ella con constantes demandas y sobrecarga de trabajo.

Sus compañeros de trabajo que se reían de ella a sus espaldas por su endeble y a nada de romperse matrimonio.

Mikaela, como un ave curiosa, asentía de vez en cuando sin dejar de prestar atención.

Nunca había escuchado a un adulto que se quejara de trabajo.

Principalmente porqué los únicos adultos a su alrededor eran sus padres y maestros.

Andrea no contaba porqué era su hermana y la conocía de toda la vida, cuando ambos aun eran niños.

Su relación con sus maestros nunca fue lo suficiente estrecha como para que ellos hablen de su vida con él.

Sus padres pasaban casi todo el día fuera de casa y solo los veía de mañana cuando todos se despertaban o de noche cuando llegaban del trabajo.

Y Andrea... Mikaela ya estaba podrido de escuchar sus fracasos amorosos, y ayer cuando llegó ebria, todo se volvió más incómodo y extraño para él.

"Lo peor de todo es el idiota de mi marido..."

La atención de Mikaela volvió a enfocarse en ella cuando comenzó a hablar de su marido.

"Lo conocí en la universidad, y de verdad lo amo... pero él..."

Mikaela estaba casi en el borde de su asiento, impaciente, esperando que ella continúe.

"A inicios del año pasado comenzó a actuar extraño..." Sus ojos se comenzaron a humedecer. "No quería pensarlo y me sentí mal conmigo misma por tener estos pensamientos..."

Mikaela ya tenía una idea, pero quería que ella lo diga.

"El pequeño sentimiento en mí, se convirtió en sospecha..."

El marido de Diana había comenzado a pasar más tiempo fuera de casa.

Ella lo dejó pesar, creyendo fielmente que solo estaba haciendo horas extras en el trabajo y nunca lo cuestionó.

Pero los ojos de terceros ven cosas que ella no veía, o no quería ver.

Los avisos y advertencias de sus conocidos llegaron a ella como un balde de agua fría.

Pero como la fiel y enamorada esposa que ella era, se secó el agua y se negó a creerlo.

¿Pero cuánto tiempo se puede ocultar algo de tus seres cercanos? Especialmente cuando la gente que la rodea ya plantó la semilla de la duda en ella.

Una noche normal, ya sus hijos estaban en la cama, las luces estaban apagadas y todos se preparaban para ir a dormir cuando su marido saltó de la cama después de recibir un mensaje.

Él corrió de la cama, se puso el traje que usaba para trabajar y salió a toda prisa de casa.

Diana lo había visto salir de casa con una mirada adormilada.

La parte dormida de su cerebro, la parte tonta, le dijo que seguramente ocurrió una emergencia en su trabajo.

¿Pero a esta hora?

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