"De verdad no quiero que vaya..."
Aline refuñó molesta y miró a su marido.
"T tú." Su voz sonaba hosca. "¿Por qué lo permitiste tan fácil? Sabes que no me gusta que Mikaela se junte con esa gente."
"Esa gente es tu familia", dijo Matteo sin apartar la vista del camino.
"Por favor, sabes que no lo hago por gusto."
Aline frunció las cejas. "Si solo fuera mi padre y mis hermanos, estaría bien... pero esas perras tambien estaran ahí."
Matteo rodó los ojos.
"¿Tus hermanas?"
"Esas mujeres no son hermanas mías."
Matteo suspiró y se detuvo en el estacionamiento.
"Mira, lo entiendo, realmente lo entiendo, tus herm... esas mujeres." Matteo se apresuró a corregirse ante la mirada irritada de su esposa. "Mo son el tipo de persona que uno quisiera cerca de sus hijos."
"No solo ellas", Aline lo interrumpió. "Sus hijos son igual de detestables."
Matteo genuinamente entendía.
Salieron del auto y entraron al edificio, recibieron saludos y los respondieron superficialmente mientras seguían hablando.
"Tu padre y tu hermano estaran ahí, y no es como su Mikaela fuera a ir lejos", dijo Matteo. "Ademas, tú lo querías enviar a Italia."
"Italia es mejor que ese viejo viñedo", refuñó.
"Pense que te gustaba el viñedo."
"Oh, me gusta el viñedo, ha estado en mi familia por generaciones, pero eso no significa que deje de ser viejo." Al entrar en su oficina, Matteo cerró la puerta detrás de ellos. "Ademas, tú y yo sabemos que es una cubierta para el verdadero negocio de mi familia."
"Lo dices como si fuera algo malo", dijo Matteo con una risa.
"Y tú lo dices como si fuera algo bueno."
Matteo envolvió un brazo alrededor de la cintura de Aline y la atrajo hacía él.
"Ademas, fue gracias a tu epoca como delincuente que pude conocerte."
Las mejillas de Aline se pusieron ligeramente rojas antes de que negará con la cabeza.
"Eres insoportable... tú y tu hijo, ambos son igual de molestos."
Matteo soltó una suave risa antes de inclinarse para besar la mejilla de su esposa. "Pero aún así nos amas."
Aline lo miró con ligera molestia antes de alejarse.
"Lo hago", dijo con un suspiro.
Matteo miró divertido la reacción de su esposa, incluso después de dos hijos, ella aún se mantuvo tímida al afecto.
"Ademas, Mikaela se parece mas a tu padre."
"¿Oh?" Aline arqueó una ceja. "¿Y Andrea? ¿A quién se parece ella?"
"Creo que pisé una mina..."
No podía decir que se parecía a ella, no porque no lo hiciera, de hecho, Andrea y Mikaela eran una copia física de Aline, motivo por el cual los tres eran rubios de ojos verdes y tenían facciones similares.
Pero eso no era lo que ella preguntaba.
Cuando Matteo dijo que Mikaela se parecía a su abuelo, lo dijo por su carácter, ambos eran hombres de pocas palabras que hacían las cosas en silencio, calmados y desinteresados.
Por otro lado, Andrea... ella tenía demasiada energía.
No le importaba insultar a los demás en sus caras, quejarse en voz alta, era orgullosa y segura de sí misma, aunque estos días estuvo algo decaída, asumieron que era porque acababa de cortar una relación.
Entonces, ¿a quién se parecía?
"Ella es como su tío..."
Andrea tenía el mismo carácter jovial de su tío materno. Pero no podía decir eso, ¿verdad?
"Ella es una señorita de buen carácter", dijo finalmente.
"¿Qué se supone que significa eso?"
Matteo se encogió de hombros y ya no respondió.
***
[¿Vendras al viñedo?]
"Sí, conseguí el permiso de mamá."
[Eso es genial, ¿y tú hermana? Ha pasada tiempo desde que los vi por última vez.]
Ante la mención de Andrea, el pecho de Mikaela se apretó.
"Ella..." Sus palabras tropezaron. "...Ella tiene cosas que hacer."
[¿Es eso así?] La voz de su abuelo sonaba ligeramente decepcionada. [Ya será para la próxima.]
[De todas formas, me sorprende que tu madre te diera permiso.]
"A mi igual... Pépé, ¿te puedo hacer una pregunta?"
[¿Hmm? Claro.]
"¿Por qué mamá no se lleva bien con mis tías?"
Si Aline estuviera aquí, hubiera regañado a Mikaela por decirles 'tías' a esas mujeres.
Su abuelo pensó un rato antes de hablar.
[Cosas de la vida.]
"...¿Qué?"
[Sí, cosas de la vida, ya sabes, no todos los hermanos tienen la buena relación que Andrea y tú tienen.]
Mikaela sintió repentinas náuseas por esa declaración.
"Pero ella se lleva bien como mi tío y mi otro tío..."
[Bueno, ellos tres siempre han sido amigos.]
Mikaela quedó más confundido.
***
Cerca de medianoche.
[Hablé con Mikaela esta tarde.]
"¿Es eso así?"
[Sí, sonaba feliz.]
"Ya veo... papá."
[¿Sí?]
"No dejes que le hagan nada raro a mi hijo."
[¿Quién le haría daño...?]
"Papá, esas perras, casi lo matan una vez." Su voz fue amargas y llena de odio.
[No deberías referirte a tus hermanas de esa manera...]
"Esas mujeres no son mis hermanas, y esa vieja tonta tampoco es mi madre."
Se escuchó un suspiro proveniente de Matteo.
[Como quieras], dijo. [Esta bien si estas enojada, si las odias, pero no dejes que tus hijos vean esa parte de ti.]
[Aun recuerdo la vez que te enteraste de mi verdadero trabajo, estabas asustada, viste una parte de mí que nunca habías visto, ¿quieres que tus hijos pasen por lo mismo?]
"...No, claro que no", dijo Aline, calmando su tono.
"Siempre cuando mis hijos no sean heridos, papá, con solo recordar a Mikaela inconsciente y cubierto de sangre hace que quiera abrir el estómago de esas perras y saltar la cuerda con sus tripas"
[Que vista más morbida.]
"Lo se, pero así es como me siento."
La mano que sostenía el teléfono tembló de ira.
"Lo que mas me indignó fue la respuesta de esa víbora que llamé madre..."
[Ay no.] Del otro lado del teléfono, su padre se sujetó la frente mientras negaba con la cabeza.
"¡Un accidente!", exclamó Aline con ira.
"Lo juro, si cuando mi Mikaela vuelva a casa, incluso si solo tiene un pequeño rasguño en esa piel pálida suya, enviaré a todos los sicarios de la familia detras de ellas."
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Tabú
RomanceLa noche cae y una mujer despechada y ebria encuentra consuelo físico y emocional en su hermano menor.