Poco después de que su abuelo y su tío se fueran, Mikaela intercambió algunos mensajes con Francis antes de esa extraña llamada.
Francis le contaba sobre como un profesor lo arrastró a la fuerza a un salón y obligó a recibir clases de refuerzo.
Al escuchar el nombre del profesor, Mikaela recordó que fue ese mismo profesor quién lo ayudó con algunos puntos en el examen del viernes.
[-¿De verdad?]
[-Sí gordo.]
[-Mierda, a mí no me subió nada... al menos pude pasar.]
[-Quizás no le agradas.]
[-Callate, afeminado.]
[-Púdrete, gordo.]
[-Púdrete tú.]
[-Gordo.]
[-Gordo.]
[-Gordo.]
Y así terminó el intercambio.
Mikaela miró un rato más la pantalla de su teléfono antes de levantarse y ver que podía hacer por el resto del día.
Quizás podría salir y dar vueltas por el pueblo, o colarse en el viñedo y robar alguna botella para probar su sabor.
Mikaela decidió que lo segundo estaba fuera de discusión, así que fue a su habitación por su abrigo.
Cuando estaba apunto de salir de casa, su teléfono vibró en el interior de su bolsillo. Algo curioso, miró que era una llamada grupal de Francis.
"¿No acabamos de hablar hace unos minutos...?"
Mikaela contestó la llamada, solo para poner cara tonta ante las palabras de Francis.
Según sus palabras iniciales que fueron un grito de euforia, decía que se iba a graduar antes que ellos.
Debido a la extraña afirmación, ni Mikaela ni Jean sabían que decir o pensar.
Hace pocos minutos el tipo se quejaba de que ningún profesor lo ayudó y a duras penas aprobó el ciclo, ¿ahora decía que se graduaría antes?
Después de varios segundos de silencio, Francis se aclaró la garganta y explicó mejor.
[Escuchen perras, lo que pasó fue...]
Y comenzó un relato incómodo de escuchar, al menos para Mikaela.
Según Francis, mientras caminaba por uno de los pabellones vacíos de la escuela, una de las puertas se abrió de golpe.
Francis se había sorprendido al ver como un chico salía con el uniforme desaliñado.
Supuestamente el chico miró mal a Francis en búsqueda de pleito, pero Francis lo ahuyentó al devolverle la mirada, por supuesto, ni Mikaela ni Jean le creyeron eso
Luego que el chico se fuera corriendo asustado por él, se asomó a la puerta solo para sorprenderse bastante.
Francis dijo haber visto una mujer sorprendentemente hermosa y sensual dentro, casi como una diosa que arreglaba torpemente su uniforme con una sonrisa agotada y satisfecha.
Mikaela y Francis pudieron hacerse una idea de quién era, después de todo no era ningún secreto los hábitos de entretenimiento de cierta Senior.
Mientras Francis contaba su experiencia con emoción, la mente de Mikaela divagó por otro lado.
Esa Senior, él no sabía su nombre, y solo la había visto de pasada algunas veces y solo pudo verla correctamente la vez que ella le ofreció pasar el rato juntos a cambio de su silencio.
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Tabú
RomanceLa noche cae y una mujer despechada y ebria encuentra consuelo físico y emocional en su hermano menor.