Tic tac
Tic tac
Tic tac
Suena el reloj de Arlo, desde hace un tiempo que no había prestado atención al sonido del segundero, en algún momento dejó de prestarle atención a la voz de sus manecillas. Se siente...diferente y no entiende porqué.
Como un recuerdo, tiene que volver a arrastrarlo; una vez que ambos están en el taxi, Bykle no los sigue, diciendo que debe ocuparse de los asuntos por los que en primer lugar había salido de la residencia. Rubia debe ocuparse solo del chico, refunfuñando para sí; y John se deja tratar porque está agotado por su llanto.
Desde que lo dejó sobre la cama, él no se movió de allí, giró sobre de si antes de dormir en un profundo sueño, ni siquiera molestándose en subirse por completo en la cama. Antes, Arlo hubiera ignorado los pies colgando de John, pero se siente considerado en esa noche despejada; lo acomoda el mismo sobre el colchón y le arroja una manta.
Desde que se involucró con él lo consideró un raro, luego simplemente no podía sacarlo del concepto de desquiciado y cuando le mostró a él esa cara sufrida, dejó de encasillarlo en una palabra.
Si pensaba en él, podía verlo como un llorón, que descargó en el resto todo lo que él había sufrido.
Eso es una forma, John devolvió el golpe que la sociedad donde viven le dio toda su vida.
Actuar de esa manera es la única forma que conoce de protegerse.
Porque John está roto.
Y él se comprometió a salvar a ese monstruo roto.
ESTÁS LEYENDO
La Depresión del Rey | Jarlo
Fiksi Penggemar¿Hasta qué punto se puede romper a alguien? ¿Hasta dónde debe llegar para que el resto note sus llamados de auxilio? aquellos silenciosos, disfrazados pero desesperados. Más importante ¿Cómo puede salvarse a alguien tan hundido en la oscuridad como...