Capítulo 29.

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"En la mañana fui a tu habitación". Seraphina lo detiene, Arlo se pregunta si ha estado buscando la oportunidad perfecta para capturarlo sin nadie alrededor o es una simple coincidencia.

"Lo sé". Admite. "John te dio las hojas ¿no? ¿Qué quieres entonces?"

"¿John no conoce demasiado tu habitación?". Magenta se cruza de brazos, con las preguntas directo al grano. "Parecía saber el lugar exacto donde guardas las cosas".

"¿Qué estás insinuando?". De repente, el tono desinteresado que rubia mantenía cambia, con chispeantes tonos de atención bañados en advertencia. "John solo es mi amigo y a veces pasamos un tiempo e mi habitación, es natural que sepa dónde están las cosas".

"¿Es así?". Seraphina entrecierra los ojos, no tragándose esa historia por completo.

"Ni te atrevas hacerte ideas erróneas". Él la detiene, ofendido. Pero ella no relaja su mirada acosadora.

"¿Desde cuándo tú y John son tan amigos? No, de hecho ". Se corrige. "¿Desde cuándo son amigos? Incluso Bykle ha estado más cerca de John cuando él lo odia".

"¿A qué quieres llegar con esto?".

"Primero sus reuniones, luego comienzan a almorzar juntos en el techo, y ahora incluso duermen en tu habitación. Se la pasan todo el día juntos".

Arlo no puede seguir soportando las insinuaciones de Seraphina, enlistando las cosas que terminaron por suceder las últimas semanas como si se tratara de un caso en busca de agujeros culpables y no acontecimientos que sucedieron al azar, impulsados por su repentina alma caritativa; nadie puede tragárselo, pero Arlo no necesita que nadie se lo trague, necesita que lo dejen en paz. Por qué solo es culpable de no ignorar al roto hombre que se derrumbó frente suyo.

"¿Eso qué tiene que ver contigo, Seraphina?". No fue una pregunta, Arlo usó un tono firme para marcar el límite de una advertencia que no está dispuesto a dejar pasar por alto. "¿Qué derecho tienes tú de decirme estas cosas?".

"John es mi amigo".

"Que yo sepa, ustedes no son nada". Con boca hostil, Arlo dice la dolorosa verdad que la quiebra. Las palabras se van de su boca, sintiéndose acorralada.

"¿Te estás aprovechando de nuevo de él?". No es así, no está buscando hacer nada malo. "¡Arlo, responde!".

"¡No es así, solo quiero ayudarlo!". Ahora es difícil mantener la calma, los sentidos se disparan y la adrenalina sube, se siente furioso. Pero no permitirá que las emociones tomen control de él.

"¿Qué demonios está ocurriendo? ¿Qué sucede con John?". Seraphina ha estado avanzando peligrosamente hacia él, pero Arlo no le teme y no retrocede. No es la diosa que podía controlarlo y eludirlo la que le habla; esa de allí es una lisiada que sigue actuando como los grandes.

"Si tanto es tu afán, ¿Por qué no se lo preguntas tú misma?".

Eso es todo, Arlo se marcha porque no habrá refutación, la respuesta está allí:

Seraphina no lo hará, ella no va a hacerlo porque la distancia entre ella y John es más larga que nunca. Porque ya una vez Rey Tirano la rechazó cuando quiso ayudarlo, y el miedo de Seraphina junto con el doloroso rencor que Jocker le causó no la dejarán intentarlo de nuevo, incluso cuando su preocupación por su ex mejor amigo no la ha abandonado. 

La Depresión del Rey | JarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora