Capítulo 24.

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Cuando los largos brazos pasan por sus hombros su reacción es simple, los lanza lejos de él con rapidez y fuerza, y se apresura a mirar por el pasillo desértico rezando que nadie los haya visto o que ninguna presencia esté oculta cerca.

Comprobarlo le cuesta solo segundos, así que es capaz de ver al hombre sostener su muñeca.

La misma sensación horrible envuelve su cuerpo, el sentimiento de culpa, odio y remordimiento tragándose su pecho al saber que le ha hecho daño a alguien que aprecia.

"¿Te lastimé?". Pregunta, claramente preocupado.

"Casi me los arrancas". Él dice con burla, luego se repone porque el dolor solo fue momentáneo.

John respira con tranquilidad y vuelve a sonreír.

"Pensaba que no eras dramático".

Ex King levanta las cejas, piensa que aquí el dramático no es él pero no cree que valga la pena decirlo.

"¿Por qué no me dejas solo abrazarte?".

"¡No tienes vergüenza!". Le grita, empujando de nuevo los brazos de Arlo con, esta vez, fuerza medida. En la habitación es diferente, porque allí nadie los ve y hasta el propio John es quien busca sus abrazos cálidamente gélidos. "¡Todos te verán mal, tu reputación acabará!".

"¿De verdad crees que todavía la tengo? Desde que me aplastaste la cabeza contra el asfalto la perdí, y como desaparecí de la lucha de la ex realeza comenzaron a perderme respeto".

John no consigue entender como Arlo puede hablar tan despreocupado con un tema que hace poco habría sido lo más importante para él. Lucharía por su título, por su poder, su orden y su preciada reputación como ningún otro Rey.

Pero este Arlo de aquí declara abiertamente que no le interesa nada de ello, ¿Cómo alguien puede cambiar a tales extremos?

Él lo hizo.

Pero el caso de Arlo es diferente, todavía teme lo que los estudiantes puedan llegar a hacer porque verán esa pasividad de Arlo como una oportunidad para atacarlo, eso siempre ha sido así, todos ellos son carroñeras hienas que buscan puntos débiles para atacar; porque su memoria es corta y no pueden recordar que su presa es más poderosa.

"Estás preocupado por mi ¿verdad?".

Los cuervos negros pueden sonrojarse, eso es algo que Arlo aprendió.

"Por mí que te traguen las aves".

Arlo se ríe, esperaba uno de sus comentarios falsamente agresivos. John parece que ha olvidado que no es él quien necesita ser protegido, todavía ostenta el segundo puesto en el ranking.

"Si me atacan no lo dejaré pasar".

"Si te llegan a tocar, entonces los acabaré".

Los leones rubios también pueden sonrojarse, eso es algo que John aprendió.

La Depresión del Rey | JarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora