Parte IV. Capítulo 16.

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Su teléfono suena por tercera vez, aprieta los dientes y retiene su frustración. Ya tiene suficiente estrés con el trabajo como para que un imbécil venga a hacerlo peor, y su estúpido timbre y los asquerosos archivos.

Se ha dejado llevar. 

Suspira antes de dejar de teclear en el ordenador y tomar el celular para colocarlo a su oreja; debe ser rápido para que alguien no lo descubra y termine retado.

"¿Arlo, podrías venir?"

Puede reconocer esa voz, es la misma que siempre viene acompañada de otra más chillona. Lo único que no es capaz de reconocer es el tono raro en él.

"Bykle, estoy ocupado".

Suspira, sobando su cien. Su paciencia se está agotando rápido, como si se tratara de arena. Quiere colgar, todavía tiene que hacer muchas cosas. 

"Escucha, es sobre John".

Ahora soba su cuello, moliendo con suavidad los músculos para olvidar la tensión que pronto podría ser un calambre.

"¿Y eso a mí qué? Si querías discutir algo sobre él no podías esperar a-"

"Creo que está teniendo una crisis".

Bien, tiene su atención ahora.

"Me está gritando que me largue, creo que está a punto de llorar. Pero no quiero dejarlo solo en este estado".

John está teniendo un colapso y es lo suficientemente fuerte como para que no pueda fingir su postura dura frente a extraños.

Apresurado se levanta de su silla y cierra los programas mientras sigue en el teléfono.

"No lo hagas, pero mantente a salvo de él, no sabemos qué puede hacer en su estado alterado. Espera, iré en seguida".

"Te enviaré la ubicación, apresúrate. Yo intentaré contenerlo".

Bykle todavía odia a John, él no puede perdonarlo y todavía se rehúsa a tratarlo cuando fue ese loco quien dañó y golpeó a sus amigos. No puede actuar como Arlo, como si nada le importara olvidando el pasado. Pero ha sido más compasivo desde que estuvo al tanto de los detalles, no pretende renovar su vínculo con John, pero al menos debería de evitar confrontaciones con él.

"Utilizando el celular en el trabajo ¿eh?". Ella, como siempre, aparece en el momento menos oportuno para atraparlo. 

"Kassandra, ¿Puedo retirarme antes? Surgió una emergencia con...".

Su jefa lo mira extrañado, sonriendo cuando Arlo deja de hablar para buscar la palabra.

"¿Tu novia?".

"No se trata de eso, te pido que no vuelva a repetir, es solo un compañero".

"Si es solo un compañero ¿entonces porqué necesitas irte con tanta urgencia?".

"Porque él está teniendo problemas ahora, tengo que ir a ayudarlo".

Arlo siempre ha sido demasiado cuadrado cuando se trata de trabajo, Kass no puede evitar cuestionarlo para saciar su propia curiosidad y no porque en realidad necesite justificar algo a alguien cuando ella es jefe de ese departamento.

Esa persona debe ser muy especial para que alguien como Arlo detenga todo solo para ir con ella.

"Está bien". Accede. "Has hecho un gran trabajo y te has esforzado, no puedo negarme. Puedes irte hoy temprano".

Rubia agradece antes de tomar su saco y salir a paso rápido. Cuando está fuera vuelve a entrar  otra llamada. Bykle de nuevo suena al otro lado de la bocina con una actitud alterada.

"¡Arlo! ¡¿Dónde estás?! ¡Está fuera de control!"

"Estoy en camino".

"¡Apresúrate, no sé qué más hacer!".

Él tampoco.

"Ponlo al teléfono".

"¡Ya voy, ya voy!".

"John, John, ¿puedes oírme? Soy Arlo".

Espera que eso funcione, porque no conoce otra forma que lo haga. La desesperación se esparce por su pecho con el silencio al otro lado de la línea.

"Funciona, te escuchó".

"Voy hacia allí ¿de acuerdo? Tranquilízate ahora y llegaré rápido".

"Él asintió". 

La Depresión del Rey | JarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora