VIII

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Abaddon


—Aun no tengo claro quien fue el que nos invitó.

—Fue alguien sin importancia— digo con tono frío.

—Pero dinos almenos— pide el dragón que está sentado junto a Víctor en su cama.

—Creanme, las personas que nos invitó les encantarán— ambos se miran entre si y yo solo sonrió poniéndome la camiseta negra.

Termino de ponerme las botas negras trenzadas y la chaqueta de cuero cuando Lucia me manda un mensaje avisándome que un escolta vendra por nosotros para llevarnos a donde ellos están.

Tocan la puerta, abro y el escolta personal de Scarlett me saluda con un asentamiento de cabeza.

—Marcus.

—Joven Kozlova, usted y sus amigos síganme porfavor si ya están listos.

Le hago señas a mis amigos y ellos caminan rápido detrás de mi, cierro la puerta y el escolta de la arpía nos lleva hasta el ascensor.

El vampiro moreno enfundado en un traje elegante toca el botón del piso 5 y al estar dentro del ascensor Victor e Ismael me miran sin entender.

—Pero dinos quién carajos nos invitó— exije el dragón.

—Ya verán— el ascensor se detiene y salgo junto a Marcus.

Nos lleva por un pasillo hasta que llegamos a una gran sala que está custodiada por varios escoltas de la Arpía y en los muebles que ahí en la habitación veo a Caleb hablando con una chica con en cabello en un color castaño, por los hombros, los ojos verdes, piel clara y tiene en un vestido vino tinto que ayuda a verse mejor con su piel clara.

—Abaddon— me saluda levantándose con la chica haciendo lo mismo.

—Caleb— una palmada en la espalda es lo único que me da y señala a la chica— ella es Isabella.

—Es un placer, me llamo Isabella— me dice con una sonrisa amable.

—Abaddon, es un placer— la saludo con amabilidad— ellos son Victor e Ismael.

Ambos se presentan y la cara de desconcierto de mis amigos es grande ya que nisiquiera Ismael siendo hijo de los reyes dragones a podido asercarse a hablar con Caleb o siquiera la reina Lucia.

—¿Y...que esperamos?— pregunta Victor algo nervioso.

—A las chicas— informa Caleb y Víctor enarca una ceja.

Me giro de golpe hacia la puerta cuando su aroma me llega a la nariz y si que es una puta tortura el perfume que se hecha esa mujer.

La miro de arriba abajo y no puedo apartar la mirada de ella ni un puto segundo al ver cómo va vestida. Lleva un vestido negro que se pega a su hermosa figura con un escote de corazón y tirantes delgados con tiras a su espalda que me imagino que la lleva descubierta y el vestido le llega hasta más arriba de las rodillas, su pelo negro azabache suelto lizo y un delineado que la hace ver aún más preciosa con un collar de oro guindado su cuello.

Corona Sangrienta #1 [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora