Corona Sangrienta #1 [En proceso]

XVIII

Abaddon

Ver a esa hermosa mujer con esa nueva corona en su cabeza me hizo pensar mucho ya que aún que no quise verlo me ví a mi mismo allí en esa misma circunstancia siendo otorgado el título de rey del pueblo que esa misma mujer obtuvo hace ya unos minutos declarándose como la reina de las personas con sangre de demonio.

Ahora la veo caminar al baño con su hermoso vestido y su preciosa corona en su melena negra azabache demostrando que a pesar de las cicatrices, la mierda que pueda aver pasado sigue adelante y me siento orgulloso de ella, me siento orgulloso a pesar de no conocerla mucho de que ella a logrado a hacer la mujer que es y no a base de su nobleza y amabilidad, si no que es la mujer que es gracias a su carácter, su frialdad y actitud tan imponente que hace que hasta los demonios y angeles se arrodillen ante ella.

Estoy orgulloso de esa chica con ojos dorados y sonrisa burlona.

-Abaddon- salgo de mis pensamientos ante el llamado, me giro y hago una mueca al ver a Liliana frente a mi- queria hablar contigo.

-¿De que quieres hablar?

-¿Podemos ir a un sitio más privado porfavor?

-No, lo que quieras decir lo dices aquí y ahora.

-Alguien puede escuchar.

-O hablas aquí o no lo haces y ya.

Suelta un bufido y noto su mirada lascivia al verme de arriba abajo y yo solo me mantengo con mi mirada fría mirándola con indiferencia.

Lleva un vestido de color lila con un escote de corazón y falda larga y lisa con uno que otro grabado encima, fea no está pero no es la ninfa de vestido negro que fue al baño.

-¿Que quieres Liliana?

-Quiero saber si tienes algo con alguien- sonrió con burla.

-Eso ya lo sabes.

-Lo tengo claro pero quiero que me digas si ya me superaste.

-Eso no se pregunta Liliana y más cuando ya tienes la respuesta más que clara.

-¡Pero quiero oírte decirme que ya no me amas!

-¿Para que abría yo de decirte eso?

-Para así yo entenderlo y olvidarme de ti.

-No voy a responderte algo que ya sabes Liliana, ahora déjame en paz- me doy media vuelta para irme pero ella me detiene sujetandome del brazo.

Jalo mi brazo alejando su tacto de mi al quedar de frente a ella.

-¡Dime qué ya no me amas! ¡Y si me amas dilo y así lo intentamos de nuevo!

-Dejate de estupideces.

Vuelvo a caminar y vuelve a agarrarme del brazo y está vez si mi jalón es brusco que la hace tambalearse ante la fuerza con que separe mi brazo de su tacto.

Los oficiales reales a mi alrededor intentan hacer que no escuchan nada pero no ayuda los gritos eufóricos de Liliana.

-¡Dime si me amas Abaddon!

-No puedo amar a alguien que me a jodido la vida como tú lo has echo Liliana. Métetelo en la puta cabeza.

-¡Pero yo no hice nada!

&Si que lo hiciste cosa que ahora ya me importa una mierda.

-¡Yo te amo, daría mi vida por ti Abaddon!- sacudo la cabeza divertido- ¡Yo mataría por ti, yo haría lo que fuera por ti....!

-Y yo daría la vida por la que ahora es la reina de mi pueblo- eso la hace callarse de golpe- yo haría lo que fuera porque la mujer que más odio este bien.