La Decisión Correcta

Capitulo 32

De Nueva York a Detroit 

Alex Grayson 

Nueva York

—Contesta Alex... ¿De qué carajo estás hablando?— pregunta Abraham con tono desesperado.

Azael me veía con la misma interrogante, hubiera preferido hablarlo a solas con Abraham pero bueno. Tomo aire y digo aquel secreto que me tiene sin dormir desde hace días.

—Yo... le mentí a Laila.

Los recuerdos invaden en mi mente como si hubiera pasado hace unos instantes.

Flashback

Entro a la casa de mi amargado hermanito después de regresar de unas carreras donde lastimosamente perdí mil dólares, últimamente traía una mala racha.

Me desconcierta no ver a nadie lo cual es raro.

Escucho unas voces en la oficina así que me dirijo hacia ahí, al estar cerca me percato de que son mi hermano y la negra, me asomo un poco y soy espectador de su discusión.

—No escojo a ninguno de los dos, sé valorarme lo suficiente como para darme cuenta que ninguno de los dos vale la pena, Alex es un inmaduro que no sabe ni lo que quiere y solo se dedica a joderle la vida a los demás y tú, a pesar de tus millones, de tu apellido y de tu físico, no vales la pena cuando todo gira alrededor de ti...

Aush, admito que eso dolió un poco.

En ese momento vi a mi hermanito suplicarle que lo ayudara sin embargo ella se negó, no tenía idea de cuánto significaba Laila para Abraham, lo cual me hace sentir un poco culpable.

—Querías saber por qué actuaba así... ahora que aclaramos nuestra situación, debo decirte del por qué estoy así, tienes derecho a saberlo.

Conforme más relataba lo que había pasado hace años, más grande era mi sorpresa. Mi mente casi explota al saber que ella y Abraham se conocían desde antes.

Pero, sin lugar a duda lo que más me impactó fue el hecho de que Laila, mi negra, asesinara a su propio padre. Nos mintió a todo, nos engañó, nos vió la cara a todos, es una maldita perra mentirosa y asesina.

Me alejo de la oficina hasta llegar al sofá y sentarme mientras asimilo lo que acababa de escuchar.

Abraham sale de la oficina con la mirada perdida y los ojos cristalizados lo cual me hace hervir la sangre, no puedo permitir que le hagan mas daño a mi hermano, mas de lo que yo ya le he hecho...

—¿Estas bien?— pregunto fingiendo estar al margen de la situación.

—Si, es solo...— el teléfono de su celular lo interrumpe— ¿Que carajos quieres Andrés? Estoy ocupado... No puedo, entiende... Que paso que...P-pero... Voy para allá.

—¿Sucedió algo?

Cuelga su teléfono antes de voltear a verme.

—Héctor fue a la empresa a armar un alboroto al enterarse de que habíamos cancelado nuestro contrato con él y al parecer no se va a ir hasta que vaya.

Héctor... Héctor... Ah si, ese Héctor, el tipo que fue demandado por acoso.

—Mal por ese tipo.

—Como sea, dile a Black que tuve que salir pero necesito hablar con ella en la noche — me ordena mientras sale de la casa a suma velocidad.

Camino hacia la oficina donde la veo llorando arrodillada en el suelo, pensé que me daría lastima el verla así pero lo único que está en mi mente es que es la asesina de su propio padre.