Quiero estar contigo
Laila Black
Nueva York
Un silencio sepulcral inunda la habitación, mis hermanos me observaban fijamente así como yo los veía a ellos, me parece algo tan surreal que me hace pensar que si cierro los ojos, cuando los abra ya no estarán aquí y que todo fuera una mala jugada de mi mente.
—E-e... Yo...— trato de decir, pero Caitlin se lleva el dedo índice a los labios indicándome que guarde silencio.
James señala el camino a la sala y a paso lento camino hacia ahí. Mi corazón da un brinco y se me cristalizan los ojos al ver a mi madre sentada en el sofá.
—Lo que una madre tiene que hacer para ver a su hija— comenta viéndome a manera de reproche.
—Mami...— corro hacia a ella y la abrazo permitiéndome soltar un par de lágrimas.
Corresponde a mi abrazo que inmediatamente se siente su calidez y protección, lo que solo un abrazo de una madre puede hacer sentir.
La había extrañado tanto.
No sé cuánto tiempo pasamos así, pero no quería despegarme de ella.
Traté tanto tiempo de alejarme que no me di cuenta de lo mucho que anhelaba un abrazo suyo, extrañaba su calor, su aroma tan peculiar de crema de coco, sus manos tan delicadas y siempre frías. En pocas palabras, había extrañado todo de ella.
Cuando nos separamos me limpia las lágrimas y me da un beso en la frente.
Dios... Extrañaba tanto eso.
—Te extrañé demasiado mamá— murmuro con la voz entrecortada.
—Y yo a ti mi niña— sonríe levemente pero se levanta de su asiento y desviando la vista hacia mis espaldas— ¿Quién es él?
Volteo y noto a Abraham que nos observaba con el semblante serio desde la entrada, por un momento me olvidé que venía con él.
—Él es... Él es mi jefe, padre de la niña a la que cuido, Abraham Grayson.
—¿Abraham Grayson? — pregunta James con una sonrisa malévola.
—¿Lo conoces? — pregunta mi madre frunciendo el ceño.
—Un gusto, señora Night, Abraham Grayson para servirle— se apresura a presentarse Abraham para estrechar su mano con la de mi madre.
—El gusto es mío Abraham— sonríe mi madre y no puedo evitar sonreír igual, si algo le gusta a mi madre es que la gente sea educada al presentarse, es su primera impresión y la más importante.
—¿No nos vas a presentar Laila? — pregunta James y yo ruedo los ojos.
—Abraham, él es James, mi hermano menor.
—Que tal— dice mi ex jefe estrechando la mano con James.
—Todo bien viejo, hace mucho no te veía.
Me congelo en mi lugar, maldito seas James.
—¿A qué te refieres? — pregunta mi madre.
James voltea hacia mi y me guiña el ojo antes de voltear nuevamente hacia nuestra madre.
—Es hijo de Andrés Grayson, dueño de la mejor empresa de publicidad de Nueva York, solía verlo en entrevistas y programas de televisión, pero hace mucho no ha dado alguna oficialmente.
—He preferido mantenerme al margen de todo eso, actualmente me manejo con mayor privacidad — explica Abraham y yo puedo respirar nuevamente con normalidad.
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La Decisión Correcta
RomanceExisten ocasiones en que el destino te pone caminos en que no sabes que hacer, que pensar o como actuar Te pone en situaciones en que debes escoger cual es La Decisión Correcta