Capitulo 52

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La mujer a su medida

Laila Black

Miami

Me observo por milésima vez en el espejo, viendo el vestido que en el día fuimos a comprar Sasha y yo. Era hermoso, color aceituna de tirantes con dos tiras de tela que caen desde mis hombros hasta los pies y una abertura en la pierna derecha, unos tacones dorados y accesorios del mismo color.

—Ya estoy lista— Alexa se posa a mi lado con un vestido mostaza con flores blancas y unas sandalias de este color.

—Te ves hermosa— la halago.

—Gracias, tu igual.

—Bien es hora de irnos— Abraham entra a la habitación con un pantalón blanco con camisa negra.

Nunca lo había visto con pantalones blancos, y admito que no me desagrada para nada.

—Vaya, pero que hermosas mujeres— toma la mano de Alexa y la hace dar una vuelta sobre si misma.

—Gracias— asiento con una sonrisa.

Los tres bajamos hacia el gran jardín donde había mesas, luces por todos lados, una gran pista de baile en el centro de todo y al fondo lucia el mar.

—Abue— Alexa se suelta de mi mano y corre hacia sus abuelos que venían en dirección hacia nosotros.

—Hola linda— la señora Adriana se agacha para recibirla con los brazos abiertos, lucia fenomenal con un vestido blanco con negro y detalles dorados, sin duda la elegancia le desbordaba por todos lados.

Andrés saluda a su hijo antes de voltear a verme— Laila, con todo respeto pero que linda estás.

—Muchas gracias señor— asiento con una sonrisa amable.

—Mi esposo tiene razón, ese color te luce increíble— su esposa se posa a su lado.

—Lo agradezco, al igual que usted, ese vestido le queda hermoso.

La madre de Abraham me observa encantada.

—Que grata sorpresa, parte de la familia Grayson junta, me pregunto cuando podremos verla totalmente reunida— una voz habla a nuestras espaldas, volteamos y vemos al mismo tipo que ayer... eh ¿Lorenzo?

—¿Qué tal? Leo— saluda el señor Andrés, ah, era Leo.

—Hola Andrés, Adriana querida, que gusto volver a verte, conforme mas te pasan los años, mas hermosa eres— le da un abrazo y un beso en la mejilla.

—Gracias Leonardo— responde la mujer, incomoda.

El hombre voltea a verme y sus ojos se abren de par en par.

—Vaya, Laila Black, luces increíble, nada que ver con el día de ayer— mi sonrisa se borra y frunzo el ceño ¿A que se refiere?

—¿Disculpa?

—No me malinterpretes linda, eres hermosa, pero no me dejarás mentir que ayer no fue nada comparado con cómo te ves hoy, Abraham, si que sabes cómo proyectar a una mujer.

—No tengo por qué hacer nada, Laila es preciosa, ayer, hoy y mañana, se ponga la ropa que se ponga, use o no maquillaje... y de todas maneras, eso es algo que a ti no te debe de importar lo más mínimo— me toma de la cintura con posesión.

—No te molestes amigo, solo fue un comentario inocente.

—No somos amigos.

Finge no escuchar lo que dijo mi acompañante y voltea hacia Alexa.

La Decisión CorrectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora