La Decisión Correcta

Capitulo 43

Culpable o inocente

Laila Black 

Nueva York

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—¿Cómo me puedes pedir que no vaya al juicio? — pregunto con los brazos cruzados, indignada.

Era jueves por la noche, mañana sería la audiencia final y Abraham me acaba de decir que no podré ir a acompañarlo.

—A la hora en que inicie, Alexa estará saliendo de la escuela y estaré mas tranquilo si estoy con la seguridad de que tu vas por ella— me dice manteniendo una voz serena y tranquila, cosa que me molesta más.

—Pero quiero ir contigo, apoyarte, tal vez no pueda ir como testigo pero puedo brindarte apoyo moral— refuto.

—No Laila, te lo pido, por favor no vayas y recoge a Alexa en la escuela.

—Ya no eres mi jefe— espeto molesta mientras me cruzo de brazos.

—No te lo pido como tu jefe, te lo pido como amigo— me toma delicadamente un brazo y agarra mi mano— por favor.

Ruedo los ojos mientras me suelto— Bien.

Sonríe dándome un beso en la palma.

***

Me encuentro recargada en la camioneta esperando a que Alexa saliera de la escuela. En estos momentos estarían dando inicio con la audiencia y no puedo evitar sentirme bastante frustrada, quería estar ahí y verle la cara al idiota que los denunció. Ver si tiene la cara de alzar la mirada ante tal mentira. Por que si, confío en Abraham, en estos momentos creo en él ciegamente al igual que en su padre.

—¡Hola! — Alexa me saca de mis pensamientos.

—Hola corazón— digo agachándome hasta quedar a su altura y darle un beso en la frente— Vamos a casa.

Durante el trayecto me cuenta acerca de como le fue, al parecer su maestra le había enseñado algunos ejercicios de matemáticas que pudo resolver fácilmente, y jugó con Damián y Becky en el recreo.

Al llegar a casa, ella corre hacia su cuarto para cambiarse el uniforme y yo me senté en el sofá por unos segundos.

Había algo que me daba mala espina, la casa se encontraba con demasiado silencio, incluso podía escuchar algunos ecos.

Admito que un gran temor me inunda el cuerpo y se me eriza la piel de gallina ¿Qué pasará con Alexa si Abraham no comprueba su inocencia?.

—Ya Laila, no pienses en eso— murmuro para mi misma

Abraham me dijo una vez que si algún día sentía temor de algo, fuera al sótano del patio trasero. Aunque parezca tonto, en estos momentos siento un gran miedo y se que al estar ahí podrá tranquilizarme. A pasos decididos, me encamino hacia aquel lugar.

Al bajar y ver la hermosa habitación, lanzo mis zapatos y me recuesto en la cama boca arriba.

—Todo saldrá bien— trato de consolarme a mi misma.

Paso unos cuantos minutos ahí pidiéndole a todos los dioses existentes e inexistentes que todo salga bien en la audiencia.

De pronto mi mente viaja a aquel momento hermoso que vivimos en este lugar, los dos bailando, aquellos besos que compartimos que se elevaron a un punto donde no hubo vuelta atrás, esas caricias que me volvían loca. Es un recuerdo que siempre estará guardado en mi memoria.