Capitulo 36

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Vil rufían

Abraham Grayson

Nueva York

Han pasado seis meses desde que vi a Laila por última vez, seis meses desde que no veo a Alex, seis meses desde que he puesto a mi hija como mi prioridad y seis meses desde que cuido mi salud mental tomando terapia donde he podido superar traumas del pasado.

Podría decir que en este tiempo todo ha ido bien, al principio cuando comencé a tomar terapia fue un caos, mis horarios no cuadraban, llegaba tarde al trabajo, salía corriendo para ir por Alexa a su nueva escuela y después irla a dejar con Sasha para ir a terapia los días que me tocaban ir, pero me fui organizando y con un poco de ayuda, todo se fue normalizando hasta que creé una nueva rutina.

En la mañana llevaba a Alexa a la escuela, en la tarde la recoge Adriana y cuando yo salgo del trabajo voy por ella para dejarla en la casa, donde Sasha la cuida hasta que llega su nueva maestra de piano, mientras ella toma su clase yo voy con el psicólogo el día que me toca ir. Y cuando no voy, simplemente voy a hago algo de ejercicio.

Cuanto termina su clase, le ayudo a hacer su tarea y finaliza el día.

Después de dejar a Alexa en su escuela, llego al estacionamiento de la empresa y bajo mientras respondo un mensaje del maniático de mi padre preguntando que por qué no había llegado.

—¿Ocupado?— preguntan a mis espaldas, volteo y era Shiara viendo me con una sonrisa.

—Algo así— respondo guardando el celular.

—Estaba pensando que cuando nos vimos por primera vez te invité a ir a un café y me rechazaste por ser tu cumpleaños, que cabe aclarar no sabia que lo era, pero que te parece compensarme lo de ese día invitándome a ir por uno en el descanso— dice haciéndome un puchero.

El día de mi cumpleaños... El día que Laila y yo...

—Ok me parece bien— respondo caminando hacia la entrada de la empresa.

—¿Es un si?— pregunta.

—Si, te veo en el almuerzo— murmuro entrando y tomando el elevador junto con ella.

—¿Que pasa? ¿Por que tan serio?— pregunta poniendo su mano en mi pecho.

Ni yo mismo sabía la respuesta.

—Andrés me tiene trabajando en un contrato que si se celebra podría ser ganancia de miles de dólares, y no tienes idea de todos los puntos que debo tomar en cuenta.

—¿Puedo ser de ayuda en algo?

No por que lo acabo de inventar.

—Me las arreglare, no te preocupes.

Ella sonríe dándome un pequeño beso en los labios antes de que se abra la puerta en mi piso.

—Lo veo después joven Grayson, necesito ver como quedó el comercial de mis joyas— me guiña el ojo y sale del ascensor perdiéndose por uno de los pasillos.

Suelto un suspiro y camino hacia mi oficina a prepararme para la junta.

Al ser la hora del descanso, Shiara entra a mi oficina después de haber acabado la junta.

—¿Vamos?— pregunta y yo asiento, salimos de la oficina y así de la empresa.

Subimos a mi auto y manejé mientras ella me daba la dirección del café a donde quería ir, al llegar ella pide un expresso machiato con una crepa de mango y yo un café mocha blanco con una tostada francesa.

La Decisión CorrectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora