Unas semanas después.
Mikasa le ayudó a sentarse en la silla de ruedas. Aún era algo incómodo y doloroso moverse mucho. Podía estár de pie un buen rato, pero llegaba a un punto donde simplemente ya no le aguantaban las piernas. Por supuesto, el asunto era momentáneo.
Entre sus brazos, estaba la pequeña azabache, quién gracias al gran esfuerzo que realizaron los doctores y enfermeros por fin podía respirar y comer por sí sola.
Mikasa cerró la puerta del auto, y las llevó adentro.
-Gracias.-Dijo Annie.
Se sentía bien regresar a casa.
-No hay de qué.
Mikasa sostuvo a Amber un momento mientras Annie se ponía de pie.
Suspiró, Mikasa tomó de su mano y subieron por las escaleras hasta la habitación.
-Guarda reposo.-La guió hasta la cama.
-¿Más?-Gruñó cansada.
Jamás creyó llegar a cansarse por descansar.
Hump. Gracioso.
-Si.-Dijo Mikasa, pasándole a la bebé de nuevo.
Miró a Mikasa salir y regresar a la habitación con la cuna de la bebé, y colocarla a un lado de la cama. Para atenderla y vigilarla de mejor forma, y más rápido.
El bolsillo de su pantalón derecho comenzó a vibrar de forma escandalosa y a sonar, por lo que bajó el volumen de inmediato para no despertar a Amber, y miró las notificaciones de los mensajes.
Todos preguntando por Annie y la bebé. Cómo se encontraban y cuándo sería posible que la conozcan. Por ahora, Carla y Hange debían conformarse con pequeñas fotos de Annie cargando a la pequeña.
-Mucha gente pregunta por ustedes.-Se sentó a su lado.
-¿Si?
-Si, quieren saber como están, y conocer a la bebé, pero eso después. Debes tener muchos mensajes también.
Annie rió, y encogió los hombros.
-No creo. ¿Podrías pasarme mi celular por favor?
-Claro.
-¿Tiene carga?
-Si. Un poco, pero si.-Se lo dió.
Cuando lo encendió con una mano, abrió los ojos con sorpresa.
Oh, mierda.
Tenía más de cien mensajes, y bastantes llamadas perdidas. Algunos de Historia, otros de Hitch, de sus demás compañeros, de Carla, de Grisha, Hange. Todos deseándole lo mejor, preguntando por ambas, y cuando podrían conocerles.
Por el momento, estarían en cuarentena, (por seguridad) y la azabache no pensaba romper esa regla de seguridad.
Annie recargó la cabeza en su su hombro y miraron a la bebé dormir en la cuna.
-Deberías aprovechar que está dormida.-Dijo Annie. Sabía lo cansada que estaba la azabache.
Annie por supuesto también estaba demasiado cansada, tirandole a lo jodida, pero alguien debía vigilar que todo esté correcto con Amber.
-Tranquila.-Dijo Mikasa, tallando sus ojos.-Descansa tu...
-Insisto...
-Anda. Debes estár fuerte...
Luego de unos minutos recostadas en la cama decidiendo quien se quedaría a dormir y quien cuidaría a la bebé, ambas se durmieron sin darse cuenta, pero Amber no volvió a llorar en toda la noche, bueno, hasta que le dió hambre.
![](https://img.wattpad.com/cover/329856748-288-k75280.jpg)