Tema sensible.
Suspiró. Colocándose la sudadera.
Cuatro meses y medio de cambio estaban bajo la prenda.¿Había necesidad de ocultar esto?
Se miró al espejo.
Más bien...¿había necesidad de tener que dar explicaciones en primer lugar? ¿Qué no tenía la gente mejores cosas por hacer?
Estaba embarazada y ya. No tenía que explicar porqué.
—...Al diablo.—Levantó su sudadera. La guardó en su mochila y salió del baño de empleados.
Solo ella sabía el trasfondo de su historia, y a la gente le tenía que dar igual.
Su batería impulsiva se agotó rápidamente cuando tubo que caminar entre sus compañeros, pero trató de enfocar los ojos únicamente hacia adelante hasta que salió a su área de nuevo.
Si. Para ir al baño, era necesario recorrer todo ese camino.
Detrás del mostrador hacía mucho calor. No tanto como en la cocina obviamente, pero ya hasta había empezado a sudar un poco.
Dejó la mochila, y volvió a sentarse junto a Historia.
—¿No tienes calor?
Historia rió y se quitó la gorra un momento para darse aire con ella.
—Algo.
¿Sus amigos lo habían notado?
Annie miró de reojo a Historia. La pequeña rubia a sido su amiga podría decirse que desde un inicio, se han hecho cercanas y de confianza. Bromeaban y les era fácil hablar con la otra.
Quizá ya debía hablarlo con alguien.
—¿Puedo decirte algo?
Historia asintió.
—Claro. Somos amigas.
Annie suspiró, y se tomó un momento.
—Estoy embarazada.
Historia soltó una risita.
—Lo sé. Felicidades.
—¿Lo...lo sabias?—Abrió los ojos con sorpresa.
—Lo...noté, ¿sabes?—Encogió los hombros con una sonrisa nerviosa.—No quise comentar nada hasta que tu hablaras porque...eso sería grosero. No lo sé.
Vaya. Bueno, eso era todo lo que quería decir, así que, si Historia sabía, suponía que el resto también, y sin embargo nadie dijo nada. Además...no tendrían porqué.
—¿Y qué es?
—¿Qué?
—Tú bebé, ¿qué es? ¿Niño o niña?—Su sonrisa no se iba para nada.
—Uh...no...no sabemos.
Realmente nunca pensó en eso, ahora no se sacaría esa pregunta de la cabeza.
La campanita del lugar sonó. Annie se levantó del banquillo al ver a Mikasa y esta le sonrió de vuelta.
Hoy tenían algo muy especial.
—¿Listo?
—Dame un momento.—Annie miró a Historia.—Uh, espera... Mikasa, ella es Historia, es mi amiga.
La rubia sonrió y agitó su mano desde su asiento.
—Un gusto.
—El gusto es mío, Historia.—Dijo la azabache, con una sonrisa.
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