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Narrador.

Ymir sonrió de forma burlesca al ver el rostro que se formó en su amiga cuando recibió aquella llamada, y que al parecer no pensaba terminar pronto.

—Carla...

—Carla nada.—Sentenció la mujer al otro lado de la línea.—¿Cómo que te juntaste y no nos dijiste nada? Somos tu familia.—Se escuchaba un poco dolida por ese ámbito.

—Eso fué lo que le dije, Carla. Regañala más.—Dijo Ymir, sujetado el celular de Mikasa.

Mikasa la apartó, y mejor salió de la habitación para que Ymir no continuara jodiendo.

—Lo siento, no era tan fácil de explicar.—Rascó su mejilla.—Pero si, es verdad, debí comentarles—Suspiró.—Podemos hacer algo el fin de semana...aunque primero necesito hablar con Annie y ver que opina.

—Me parece bien.—Su voz se relajó.—Adiós Mikasa. Te veo el fin de semana entonces.

—Adiós, Carla. Nos vemos. Saluda a Grisha de mi parte.

—Claro, corazón.—Cortó la llamada.

Guardó el celular. Regresó a la habitación y lo primero que encontró al abrir la puerta fué a Ymir.

—¿Qué tal te fué?—Se rió. Claramente había espiado la conversación.

—Carla y Grisha quieren conocer a Annie este fin de semana. Saben que me...junté.

Juntarse...hump, era hasta raro decirlo.

—¿Cómo se enteraron? Creí que estaban fuera de la ciudad.

—Al parecer regresaron hace poco, y tengo la ligera sospecha de que Eren abrió la boca.—Rodó los ojos.

Ymir rodeó a la azabache por el cuello con su brazo y caminaron. Hasta aquí terminó su turno.

—Me gustaría ver como termina eso.

La azabache rió ligeramente.

—Sé que si.

—Por cierto.—Pasó su mano por el cabello.—¿Qué tal vas con Annie?

—Ya mejor.—Sonrió levemente.

Pese aquella pequeña gran pelea que tuvieron hace unos días, ahora estaban bien.

[...]

Estacionó el auto en la cochera, y entró a la casa. Annie estaba sentada en el sofá mirando la televisión. Pronto le quitarían la venda pues su herida ya estaba por sanar completamente.

Ella notó su presencia y la miró. Mikasa sonrió un poco al verla envuelta en una sabana y casi haciendo un fuerte con los sillones.

—Hola.—Se hizo a un lado para darle espacio a la azabache.—¿Cómo te fué?

—Hola...Me fué bien, gracias.—Se sentó a su lado y después suspiró. Joder, que bien se sentía llegar a casa.

No pudo evitar quejarse un poco por lo de su espalda. Quitó su  corbata, la dejó por ahí y llevó la cabeza hacia atrás, para seguido de eso escuchar su cuello tronar.

—¿Mucho trabajo?—Preguntó Annie.

Suspiró.

—Algo...—Se sentó de mejor forma y la tomó suavemente de las manos.—Quiero hablar contigo...

Annie asintió.

—Esta mañana llamó mi familia. Se han enterado de la situación,  y quieren conocerte...si no hay problema, claro.

My psychologist. [Mikannie] G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora