08.═══ fiesta

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               JOHAISKA PRESENCIÓ DESDE la barra de bebidas como Bella y Jacob dialogaban

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               JOHAISKA PRESENCIÓ DESDE la barra de bebidas como Bella y Jacob dialogaban. No pudo evitar sentir una punzada de enojo contra el moreno, pues Bella se había lastimado la mano gracias a él, y había ocasionado una disputa entre Edward y el susodicho. Suspiró y negó con la cabeza cuando miró como Bella aceptaba su regalo con los brazos abiertos, aunque tampoco podía culparla, el chico tenía un gran dote con la lengua cuando se lo proponía. Y lo pensaba de manera no sexual.

Dejó de luchar contra sus propios deseos de ir al lado de su pequeño hermanito y caminó hasta llegar detrás de él. Donde le picó las costillas con una sonrisa burlona.

—¡Ey! —se quejó con una sonrisa cuando la vió—. Felicidades graduada.

—Y bien, ¿que piensas? —le mostró sus colmillos. Los presiono con la lengua para hacerlos destacar más, y río cuando Jake negó con la cabeza—. Yo sé que aunque estemos del otro bando nos amas. ¿Verdad Bella? —la abrazo por los hombros haciéndola reír.

—Jake solo ama a sus tríceps y a su motocicleta —el negó con la boca abierta.

—Eso..., no es verdad.

—Si, ajá. ¿Cómo está Billy?

—Te extraña. Siempre me pregunta por ti, tuve que contarle sobre... —la apuntó— ya sabes.

—Bueno, siempre pueden visitarme cuando quieran —le dió un abrazo y apretó el hombro de Bella para ir con Alice, quien estaba en el limbo—. ¿Pasa algo Alice?

—Ya se quien es el que viene por Bella —Alice miró a Johaiska con cara de preocupación—. Hay que llamar a los demás.

Johaiska y Alice se apresuraron para reunir al clan en el comedor de la residencia, donde solían tener sus charlas importantes, asegurándose de que nadie más entrara. Todos miraron a la puerta del comedor cuando el fuerte olor a perro mojado se hizo presente, Bella abrió la puerta y entró con Jacob siguiéndole por detrás, Johaiska rodó los ojos, no por Jacob, sino por sus otros dos amigos que siempre querían hacerse los graciosos.

—Cuéntanos Alice —Edward llamó su atención—. ¿Ha pasado algo?

—¿Por qué más estaríamos aquí reunidos? —Arthur negó con la cabeza ante el tono molesto de Rosalie.

—He presenciado la decisión que ha tomado la persona que está detrás de los ataques —todos se sorprendieron. Edward tomó una postura de enojo—. Es un grupo de neófitos que vienen a buscar a Bella. Vienen desde Seattle como ya sabíamos.

—Lo conozco —dijo Edward—. He visto los carteles con su cara pegados por la ciudad —Bella suspiró.

Jacob y Alice se miraban fijamente, ella de pronto se puso de puntillas y sonrió—. Si, tienes razón. Eso ayudaría mucho. No, espera —ella hablaba rápidamente mientras Jacob cambiaba la expresión de su cara una y otra vez—. ¡Eres un genio!, supongo que los... —se detuvo por un instante— lobos de tu manada, por fin serán de ayuda.

—¿Qué? —todos miraban la escena confundidos—. ¿De que hablan?

—Las jaurías pelearán —dictaminó Jacob.

—¿Será eso posible en el consejo? —preguntó Carlisle con preocupación.

—¿¡Qué!? —Bella se alarmó al instante—. ¡No, Jake, te matarán!

—No te estaba pidiendo permiso —dijo en un tono hostil—. ¿Querías que trabajáramos en equipo, no?

—No me gusta el tono en el que le estás hablando a Bella, Jacob —Johaiska lo miro con ojos fríos—. Ya vale con sus peleas maritales entre su triángulo amoroso. Lo que sea que tengan que resolver lo pueden hacer en otro lado —se cruzó de brazos y miró a Carlisle—. Yo iré a hablar con Billy, si eso les parece bien.

—Yo creo que esa es una buena idea, dada tu relación con él —Johaiska asintió y se limpió el hielo que comenzaba a formársele en la punta de los dedos—. Vámonos Bella, te llevaré a casa.

Ella asintió y se despidió de Edward con la cabeza baja. Ambas caminaron hasta la salida y subieron al auto de la pelirroja, quien azoto la puerta.

—Jacob se comporta como todo un niño —suspiró molesta.

—Pues lo es... —miró su muñeca donde descansaba la pulsera con dije de Lobo que él le había regalado.

—Que este molesto porque le rechazaste no es excusa para hablarte de esa manera —encendió el auto y prendió la calefacción para la humana—. De verdad necesitas arreglar esto, Bella. Decídete quien es a quien amas en verdad.

Bella la miró con ojos de tristeza—. Los amo a ambos...

—Yo lo se, pero el que los ames a ambos no significa que sientas lo mismo por los dos. Necesitas pensar con la cabeza fría y no con las mariposas del estómago —suspiró—. Nos iremos de Seattle unos días con las chicas, primero hablaré con Billy.

—¿A donde iremos? —preguntó con una ceja alzada—. ¿No sería mejor que nos quedáramos aquí?

—Nosotros, sí. Tu, necesitas irte. Según lo que Alice dice, llegarán al rededor de dos semanas. Usaremos un par de días para elegir mi vestido y preparar algunas cosas de la boda —se pasó la mano por el cabello y se recargó en la ventana.

—¿Carlisle no te ayuda con eso?

—Lo hace, pero las chicas y yo hacemos la mayoría.

—Bueno, serás una novia muy hermosa —le sonrió a la pelirroja y le acarició el hombro—. Verás que las cosas saldrán bien.

—Eso tendría que estartelo diciendo yo —ambas rieron—. Gracias Bella.

Suspiró y se aparcó fuera de su casa—. Se lo dirás a Charlie, ¿verdad?

—Tendré que hacerlo —ambas suspiraron—. Solo esperemos y no le dé un infarto.

Ambas salieron del auto y caminaron hacia la casa de la castaña. Donde Johaiska tomaría valor para decirle al hombre que, número uno, se casaría con un hombre que aparentaba tener el doble de su edad, y segundo, que ella y Bella se irían a Corea por unos días. ¿Qué podría salir mal?

















 ¿Qué podría salir mal?

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Little Cutie | Carlisle Cullen          Donde viven las historias. Descúbrelo ahora