𝘊𝘢𝘳𝘭𝘪𝘴𝘭𝘦 𝘊𝘶𝘭𝘭𝘦𝘯 | "𝘚𝘰𝘭𝘰 𝘵𝘦𝘯𝘨𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘤𝘰𝘴𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘳𝘵𝘦 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦, 𝘢𝘮𝘰 𝘢 𝘵𝘶 𝘱𝘢𝘱𝘢́"
Johaiska es la mejor amiga de Edward, y ambos residen en Forks. Pero todo cambia cuando Johaiska con...
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AL DÍA SIGUIENTE, Edward le compartió como él y Bella habían pasado tiempo juntos cuando tuvo que llevarla a la enfermería, gracias a que esta casi se desmayó. La había cargado entre sus brazos y se había quedado con ella, le pareció mencionar que había pensado en llevarla al hospital si no se mejoraba, y ella casi podía desear haber estado ahí y decirle "¿Sabes qué, Bella?, yo misma te llevaré al hospital", cargarla entre sus brazos, caminar hasta allá aunque le dolieran los pies hasta el culo, solo para poder ver al guapo doctor que veía todos los días en casa. Realmente le habría gustado hacer eso, pero eso no era posible.
Se quitó los tacones con un suspiro mientras se sentaba en su cama. Levantó el pie y comenzó a masajearlo lentamente, los dolores iban y venían, había algunas veces que incluso sentía que se iba a caer de lo fuerte que eran las punzadas. Cerró los ojos y siguió masajeando aunque sabía que había alguien en la puerta.
—¿Todo bien? —sabía que había alguien en la puerta, pero no sabía que era el patriarca. Dio un pequeño brinco en su lugar y se soltó el pie rápidamente.
—¿Eh?, si, todo bien doc —le sonrió esperando que le creyera. Él negó con una sonrisa en la cara y se sentó a su lado en la cama, tomó su pie y comenzó a masajearlo.
—Cuéntame desde hace cuanto te duele, te has quejado mucho últimamente.
—¿De verdad? —preguntó con una mueca en la cara. El hombre sintió y ella suspiro mientras se sostenía de la manga de su camisa—. Bueno..., yo, no lo sé. Diría que, hace un mes.
—¿Un mes y no me has dejado que te revise?, muy mal señorita —negó mientras chasqueaba la lengua. Johaiska sonrió apenada, viendo como sus dedos se movían en sus pies que eran un poco deformes, con cicatrices y moretones, incluso algunas uñas enterradas. Se veían flacos y con las venas marcadas. Eran lo que ella definitivamente no llamaría "lindos".
—He estado tomando relajantes, me ayudan a aliviar el dolor, pero parece que cada vez se hacen más fuertes.
—¿Los tomas desde que inició el dolor? —ella asintió—. No es que el dolor se haya hecho más fuerte, es que tu cuerpo está contrarrestando los relajantes, por lo que ya no hacen el mismo efecto. Deberías dejar de tomarlos, aunque no lo creas, puedes crear una dependencia de ellos, y se me hace extraño que aún no la tengas.
