08.═══ mordida

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Maratón 3/4

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Maratón 3/4











BELLA GRITABA DEL dolor horriblemente, quien le escuchase podría jurar que la estaban torturando o asesinando, Johaiska se sentía desesperada, sin saber que hacer o que camino tomar para ayudarla. Atrajo la charola de los instrumentos quirúrgicos y suspiró cuando Edward, Jacob, Jasson, Alice y Rosalie cruzaron la puerta del estudio. La mirada que Edward y Jacob tenían en su rostro era de terror puro al escuchar los gritos de la humana, sentían una preocupación tan inmensa que se podía palpar en el aire. La expresión de la pelirroja, con los ojos bien abiertos y la boca entreabierta, sus pupilas dilatadas y mirando en todas direcciones, no decía nada más que estaba desesperada y sin saber que hacer. Carlisle estaba fuera, se suponía que sería él quien trajera este bebé, pero se la tendrían que apañar si querían salvar a Bella.

—Carlisle dice que es muy probable que se haya desprendido la placenta —Jasson colgó el teléfono—. ¿Qué hacemos?

—¡Saquen al bebé! —gritó Bella en dolor—. ¡Sáquenlo ya!

Edward le inyectó la morfina y se alarmó al ver como Rosalie tomaba el bisturí—. Rosalie, espera a que haga efecto la morfina.

—No hay tiempo. Morirá si no actuamos ya —ambos miraron a Bella, quien gritaba y se retorcía en su lugar.

—¡Se está ahogando, sáquenlo! —Rosalie agarró el bisturí con fuerza y comenzó a hacer la incisión.

—Mírame Bella —los esfuerzos de Jacob por distraerla fueron en vano, pues al no tener morfina, Bella podía sentir como le habrían la tripa para sacar al bebé. Sus gritos de agonía le aturdían los oídos, se sentía desesperada por ayudar a su mejor amiga, el verla en ese estado era algo tan horrible.

Rosalie levantó el bisturí lleno de sangre y lo miró con deseo, peleando contra sus impulsos—. ¡Rosalie no! —Jacob brincó por encima de la mesa y la tumbó al suelo, el bisturí salió de la imagen.

—Sácala de aquí Alice —Alice la tomó por el cuello y la arrastró fuera de la habitación, Jasson les siguió por detrás.

—Aquí estoy Bella —Johaiska tomó su mano y le permitió que la apretara tanto como fuese
posible. Le quemaba la garganta el olor de la sangre de Bella, gimió de dolor cuando Edward desgarró el saco amniótico con sus propios dientes.

Little Cutie | Carlisle Cullen          Donde viven las historias. Descúbrelo ahora