11.═══ ¿A casa?

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—Así que, ¿ya has tomado tu decisión? —Johaiska asintió ante la pregunta del vampiro que tenía enfrente, era fácil darse cuenta que Aro le miraba impaciente—

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—Así que, ¿ya has tomado tu decisión? —Johaiska asintió ante la pregunta del vampiro que tenía enfrente, era fácil darse cuenta que Aro le miraba impaciente—. Dímelo.

—He decidido regresar a Forks, hay muchas cosas que no recuerdo con firmeza y me gustaría volver a mi vida. Ciertamente, estoy consciente de que pertenezco a ustedes, amos, por lo que sé que deberé acudir a su llamado sin importar las circunstancias.

—Eres una chica lista, —le elogio Caius— sin duda te extrañaremos.

—Me alegra que tengas en mente estas... cualidades. Eres libre de irte, Johaiska —la pelirroja se dio la media vuelta y avanzó. Lista para regresar a casa—. Dale a Carlisle mis saludos.

Por alguna razón, el hecho de que Aro mencionara ese nombre le hizo sentir como si se le erizara la piel, a pesar de que eso era imposible. Se quedó congelada por un momento, escuchando como Caius reía por lo bajo y salió de la habitación. En un instante ya se encontraba en su dormitorio, alistando su pequeña maleta, cuando sintió que alguien le miraba por detrás.

—¿Qué quieres? —dijo sin molestarse en mirar.

—¿De verdad te irás? —la pequeña vocecita no era a quien ella esperaba tener allí detrás—. ¿Es por lo que pasó con tus amigos?

—Ellos no son mis amigos —cerró la maleta y se dio la media vuelta, viendo a Jane—, ni si quiera los recuerdo. Si fueran importantes para mi los recordaría, ¿no?

—Supongo —Jane se hizo a un lado cuando Johaiska salió de la habitación—. Adiós Joha.

—Bye Jane, cuida a Alec —le dió una sonrisa y recorrió el pasillo de las habitaciones. Realmente el santuario de los Volturi era un poco escalofriante. Era oscuro, viejo al estilo victoriano o rococó y tenía pinturas clásicas por doquier. Todo con tonos blancos, rojos, negros y plateados. Se preguntaba si realmente era posible vivir así, encerrada por toda la eternidad hasta que hubiera un crimen lo bastante importante como para salir de ahí. A veces era aburrido ser un vampiro, sin amigos, sin tener nada que hacer constantemente las veinticuatro horas del día. Se preguntaba cómo se la pasaban los metamorfos, ellos tenían a su manada, aún podían vivir como humanos. Johaiska ya ni si quiera recordaba porque había sido convertida, ¿qué le había pasado?

Salió del lugar, viendo como la luna iluminaba el cielo, lleno de estrellas. Suspiró y se dirigió al aeropuerto, donde compró un vuelo hacia Washington, no tardó mucho en salir su avión, pues por fortuna había uno disponible. Fingió dormir todo el camino, puesto que no tenía nada mas que hacer. Cuando aterrizó, se sorprendió al recordar donde dejó aparcado su auto, que estaba un poco polvoriento. Con agua saliendo de sus dedos, lo desempolvó rápidamente, viendo como el agua se convertía en pequeñas partículas de hielo que caían al
suelo. Se subió al auto y lo encendió, sintiendo como la calefacción le echaba el aire caliente a la cara. Frunció el seño, ¿para que querría ella aire caliente?, decidió ignorarlo y apagar la calefacción, al fin y al cabo, ella ya no la necesitaba.

Miró la pequeña flecha del tanque de gasolina y suspiró, encendió el auto y se movió por el pueblo hasta la gasolinera, que estaba cerca de la preparatoria donde había estudiado. Recordaba haber estado con los Cullen pero nada más, ¿acaso eran ellos en verdad lo que él amo Aro especulaba?, se veían inofensivos y bondadosos. Aunque recordó que pudieron acabar con un ejército de vampiros sin ayuda de él clan Volturi y ya no se sintió tan segura sobre la parte "inofensivos y bondadosos".

Aparcó el auto y salió de él, dirigiéndose a la tienda de convivencia que estaba ahí enseguida para pedir el boleto de recarga. Entro a la tienda, oyendo la pequeña campanilla muy fuerte sobre sus oídos. Se convenció de que no era realmente que hubiera sonado muy fuerte, sino que sus oídos lo escuchaban a un volumen mayor, debido a su muerte no muerte. Se acercó a la caja registradora y pidió el boleto de recarga de la estación de gasolina. Cuando salió de la tienda, vió a alguien admirando su auto, frunció el ceño y se acercó, viendo la brillante cabellera rubia.

—¿Te puedo ayudar en algo? —preguntó al desconocido cuando llegó detrás de él.

—¡Johaiska! —el rubio se volteó con una gran sonrisa—. ¡Que bueno verte!

—¿Jasson? —preguntó confundida. Sabía que la persona que estaba frente a ella era su hermano, que había visto hace unas semanas en el confrontamiento—. ¿Qué haces aquí? —pregunto con una sonrisa.

—Lo mismo te pregunto. No hemos sabido nada de ti en semanas, desapareciste —había una nota de tristeza en sus últimas palabras y suspiró mientras la miraba—. Carlisle está despechado.

—Bueno, no se quien es Carlisle pero le agradezco que se preocupe —Jasson notó que el tono de burla que había en su voz no era mentira. Johaiska arrugó el ticket e insertó la manguera de gasolina en el auto—. Vine a Forks porque Aro me dejó libre, si eso es lo que te preguntas —su hermano la miro confundido.

—¿A qué te refieres con que no sabes quién es Carlisle? —se rascó la cabeza y escuadriñó los ojos—. ¿Es una broma o algo así?

—¡Que va! —contestó sorprendida—. Solo se que es el patriarca de los Cullen, eso es todo.

—¿Te molestaría venir conmigo a casa? —la pregunta le tomó por sorpresa. ¿A casa?, sabía que Jasson no se estaría refiriendo a su casa, donde estaría su madre con su nueva pareja, pues ellos ni si quiera compartían la misma madre—. Te presentaré con los chicos.

Johaiska parecía pensárselo, retiró la manguera y la dejo en su lugar, sentía la mirada fija de Jasson en ella, sabía que no podía negarse ante la petición de su hermano y suspiró. Le hizo una seña para que atrapara las llaves del auto que le lanzó dos segundos después y se subió de copiloto, preguntándose donde sería "Casa".
























 Le hizo una seña para que atrapara las llaves del auto que le lanzó dos segundos después y se subió de copiloto, preguntándose donde sería "Casa"

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Little Cutie | Carlisle CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora