54. Se Acabó Definitivamente

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Pov anónimo

Rick, Mitchell y los demás hombres entran a la cabaña, ven a Michonne y a Rosita inconscientes en el suelo.

Rick: Dios —se acerca a ellas.

Mitchell con otros dos se adentraron más para buscar a la familia Dixon.

Se agacha al lado de Michonne, la sostiene con delicadeza.

Rick: Michonne… Michonne —ella abre los ojos, él sonrie —. ¿Qué fue lo que ocurrió?

Michonne: Ellos entraron, eran demasiados —explica —. Rosita y yo no pudimos contra ellos.

Mitchell: Hey, Grimes —volteo a verlo —. Aquí no están, Antonio debió de llevárselos.

Rick: ¿Daryl?

Paolo: Se llevaron a todos —ellos se acercan, Mitchell ayuda a Rosita —. Antonio espero a que tuviera a los bebés, algo trama.

Mitchell: Nosotros iremos por ellos, tú llevalas a Alexandria.

Rick: Mitchell esto lo haremos juntos —se levanta ayudando a Michonne —. Ellos son mi familia también.

Mitchell: Anto dejo en claro que usteded no se involucran y seguiremos sus ordenes —saca un aparato de su bolsillo.

Rosita: ¿Eso qué es?

Mitchell: Ella se perdió una vez en Italia, eso no lo sabe Antonio, así que mi padre le implanto un chip —ellos lo miraron sorprendido.

Rick: ¿Todo el tiempo que Em se mantuvo huyendo de Antonio sabían donde estaba?

Mitchell: Si —activa el aparato —. Están a treinta kilómetros aun más lejos de aquí, se movió de lugar.

Rick: Mitchell, dejanos ayudar.

Mitchell: No mataste a Negan, ¿te crees capaz de matar a Antonio? —Rick no responde —. Spostatevi, stronzi!

Todos los italianos salieron del lugar, se pusieron en marcha para ir a rescatar a su jefa y a su familia.

Pov Emily

No pudimos resistirnos, eran demasiado para nosotros y yo estoy demasiado débil.

Me separaron de Daryl y de los bebés, no sé donde demonios pueden estar.

Las mucamas me trajeron ropa para "cenar" con Antonio, no tuve más opción que colocarmela.

Todo el cuerpo me duele y apenas puedo mantenerme de pie por más de quince minutos, pero necesito ser fuerte.

Ahora más que nunca no puedo contradecir las ordenes de Antonio, antes no podía chantajearme para hacer lo que él quisiera ahora si, tiene las tres personas que sin mi vida en sus manos.

Me guían por un pasillo al comedor, al abrir la puerta veo a Antonio ya sentado frente a una mesa con mucha comida.

Debo de controlar mis emociones, un movimiento en falso y puede matar a mis hijos y a mi esposo.

Me siento al otro extremo de la mesa para quedar frente a frente, reprimo una mueca de dolor al sentir una punzada en mi cadera.

Antonio: El negro siempre te quedo —mantengo mi mirada indiferente —. Aunque ese maldito vientre arruina tu figura.

Mi vientre sigue hinchado, tardará días en volver a su estado normal.

Antonio: Comamos, principessa —él sirviente sirve vino en la copa de mi lado.

Pero no bebo ni toco la comida, miro a Antonio qué me observa esperando a que coma.

Emily: ¿Por qué sacrificaste a Daniel?

𝑈𝑛 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora