3. El Inicio Del Caos

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Genial, ya había terminado el trabajo aquí ahora surgio otro.

Desde hace unas semanas se han registrado personas infectadas por un virus misterioso.

Las descontrola y los vuelve caníbales, la gente solo sabe de algunos casos, pero hay muchos más.

Miró mi teléfono, Marcelo me esta llamando. Frunzo el ceño confundida, tomo el teléfono y contesto la llamada, lo coloco en alta voz.

Emily: Che succede Marcelo? —él habla muy poco el inglés, solo lo básico.

Marcelo: Il capo dubita della tua morte —miro sorprendida mi teléfono.

Emily: Che cosa?! —paso mi mano por mi cabello con frustración.

Marcelo: Si mia signora —maldita sea —. Ha rapito alcuni della scientifica e ha dato loro la tua storia clinica per vedere se corrisponde al corpo.

Emily: Quanto tempo puoi ritardare? —miro mi maleta.

Marcelo: Niente —me siento en la cama —. Mia signora, questa sarà l'ultima volta che parliamo.  Sappiamo entrambi cosa mi farà il capo, assicurati di essere in un posto dove non la troverò.

Emily: Arrivederci... Marcelo.

Marcelo: È stato un piacere lavorare per te… Emily.

La llamada se corto de inmediato, tiro el teléfono hacia la pared rompiéndola en pedazos.

Maldita sea.

Solo es cuestión de tiempo para que Antonio me encuentre.

Debo de encontrar la manera en que me deje en paz de una vez por todas, ¿que hice para que se obsesionara conmigo?

Solo tenía nueve, ¿que carajos hice para merecer este destino?

Dejaré esto para después, necesito concentrarme en mi trabajo.

Tomo mi maleta y meto todas mis cosas en ella, debo de llamar a Booth y contarle lo que me dijo Marcelo.

Quizás el FBI me pueda ayudar a tener máxima seguridad para que Antonio no me encuentre.

Primero debo de acabar mi trabajo de aquí y largarme a Washington, quizás aun tenga tiempo de ganar en este juego que Antonio creo para los dos, el gato y el ratón.

Tomo mi maleta y salgo de la habitación, camino hacia el ascensor.

Quería estar concentrada hoy, pero al parecer no podré lograrlo, mierda.

Presionó el botón y el ascensor no tardó en llegar, entró y presionó el botón al sotano donde están los estacionamientos.

Alquile un auto, me sale mejor alquilar qué ir de taxi de un lado a otro.

Cuando llega salgo y camino hacia el jeep, meto la maleta en la parte trasera.

Saco el teléfono que uso para llamar al trabajo y marco al número de Booth.

Booth: Hey, Em. ¿Qué necesitas? —entro al auto.

Emily: Debo de volver hoy a Washington —arrancó el Jeep —. Antonio ya esta sospechando.

Booth: ¿Qué? Dijiste que se había creído tu muerte, ¿no?

Emily: No se que carajos paso, pero esta sospechando —conduzco para salir del sótano —. Terminaré todo aquí y volveré.

Booth: Yo avisaré al director y veremos que podemos hacer, avisame cuando llegue tu vuelo te iré a recoger con otros agentes.

Emily: De acuerdo, nos vemos pronto —apago el teléfono —. Maldita sea.

𝑈𝑛 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora