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Abrí mis ojos al sentir los rayos del sol pegándome a la cara. Intente volver a dormir pero los recuerdos de anoche me hicieron sentarme bruscamente en la cama.

Pase la noche con Tom kaulitz.

Con el maldito Tom Kaulitz. Solo esperaba no volver a verlo más, que esto solo hubiese sido un capricho suyo, y ya que me había tenido, simplemente se olvide de mí.

La cama estaba vacía, claro, él no iba a quedarse y esperarme con el desayuno hecho.

Mire el reloj y las manesillas marcaban las tres de la tarde. Suspire sintiéndome agotada.

La puerta se abrió y me tape mi cuerpo desnudo con las sábanas.

—¿Te encuentras bien?—hablo Elena con preocupación—.Me percaté que pasaste la noche con Tom kaulitz.

Suspire irritada.

—Ni me lo recuerdes. ¿Sabes a qué hora se fué?

Asintió.

—Al rededor de la una. Te dejo esto—me tiro un pequeño bulto, cuando lo tuve en mis manos me di cuenta de que era dinero. Abrí mis ojos sorprendida.

—Aqui hay más de doscientos euros—dije con desconcierto—¿Segura que es para mí?

—Segurísima. Se acerco a mí y me dijo que te lo entregara.

Mire el dinero con una pequeña mueca. Se lo tendí a la castaña.

—No lo quiero.

—¿Que? Es mucho dinero, Adara, más del que ganas aquí.

—No quiero nada que provenga de ese hombre.

—Pero...

—Quédatelo, tú lo necesitas más que yo.

Me miró con sorpresa.

—¿Estás segura?

—Si, ve y cómprale algo lindo a Mia.

Mia era su pequeña hija de tan solo cuatro años. Elena quedó embarazada cuando tenia la edad dieciséis años y le ha tocado luchar sola, ya que su familia y el padre se su hijita le dieron la espalda. Decidí darle el dinero porque sabía que ella tenía problemas con el.

—¿Segura?—cuestiono insegura.

—Segurísima.

Me sonrió y se acercó a mi para darme un abrazo.

—Por lo menos toma un poco.

Negué.

—No quiero dinero que venga de él, Lena.

Ella me miró comprendiendo.

—Entiendo, tus razones tendrás.

Me levanté de la cama aún con las sábanas tapándome.

—Creo que es hora de irme, quiero pasar tiempo con Amara.

Elena me miró sonriente.

—Bien, disfruta tu día libre—dijo antes de salir de la habitación.

Suspire y mire la cama desordenada.

Vaya noche.

                              ∆∆∆

—¡Ya llegué, Amara!—grite esperando que aparezca mi hermana, pero eso nunca pasó. Busque por toda la casa y no la encontré por ningún lado.

Me deje caer en el sofá con cansancio. Amara siempre se iba toda la noche. Cuando me iba a trabajar en la noche ella ya se encontraba fuera y cuando llegaba temprano en la mañana ella no se encontraba. Suspire frotándome la frente.

In Middle Of The Night; Tom Kaulitz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora