Adara
Entrecerre los ojos, viendo con curiosidad al chico frente a mi, quien no hacia más que tragarse la comida que había dejado unos segundos atrás. Él me miró, dejando de comer y limpiándose la boca.
—¿Qué? Auch.—se quejo cuando Amara paso por su lado, dándole un golpe en la nuca.
—Esa comida era para ella. Dios.
—Pero ella no quiere—dijo, abrazando el plato. Amara se acercó de nuevo, pero está vez para pellizcarle el brazo.—Demonios, eso dolió.
—No seas tragón. Devuélvele la comida a Adara, necesita alimentarse bien para recobrar las fuerzas.
Jay hizo un pequeño puchero, extendiéndome el plato a regañadientes. Sonreí.
—¿Quieres?
Negué con una sonrisa, haciéndolo sonreír.
—No, estoy llena. Cómetelo tú.
Él sonrió, volteando a ver a mi hermana, sacándole la lengua.
—¿Ves? Deberías ser más generosa, como adara.—dijo, volviendo a comer. Amara le dió otro manotazo, haciéndome reír. Hice una mueca al sentir un pinchazo de dolor, haciéndome soltar un jadeó. Enseguida ambos me miraron con preocupación. Amara se acercó, acariciando suavemente mi mejilla e incluso Jay dejó el plato a un lado, acercándose a mi preocupado.—¿Estás bien?—preguntó, escaneandome e incluso su voz se tornó más seria. Asentí, acomodandome mejor en el sofá. Hizo una mueca—.Linda, déjame decirte que no te ves nada bien—escaneó mi rostro, frunciendo las cejas—.Deberias ir a un hospital, por más que tú tengas conocimiento de medicina no es lo mismo a qué te vea un profesional.
Amara asintió, dándole la razón. Me burle.
—Oh, muchas gracias por la fé.
—Adara, Jay tiene la razón. No es lo mismo a qué tú sepas que hacer, y no es que dudemos de de ti, solo que en el hospital hay cosas que tú no tienes.
Volví a negar, haciendo una mueca.
—No está en discusión, Amara.
Ella suspiro, mirando a Jay por unos segundos.
—Adara...—se quedó callada al escuchar el timbre sonar. Nos miramos entre todos. Ladeó la cabeza.
—¿Pediste algo?—pregunte, viéndola. Negó enseguida, poniéndose de pie y caminando hacia la puerta. La llamé, haciéndola voltear—.Mira primero de quien se trata.
Ella asintió, desaparecido por el pequeño pasillo, mire a Jay, quien seguia viéndome con preocupación. Arrugue mis cejas.
—¿Qué? Aún no muero—bromeo, chocando mi mano con su hombro. Él suspiro, bajando la mirada.
—Prometeme que no lo harás—me dijo en un tono de voz bajito, casi íntimo. Le di media sonrisa, asintiendo.
—No moriré, ya verás que en unas cuantas semanas estaré normal.
Él soltó una risita burlona, encoguendose de hombros.
—Bien, porque si mueres hubiese sido un desperdicio haberte salvado en aquel callejón.
Abrí mi boca indignada, golpeándolo otra vez. Él se quejó, haciéndome reír, con una mueca. También río, pinchando mi mano con el tenedor de forma de juego. Después de unos segundos apareció Amara, viendo por unos momentos a Jay, para después verme a mi. El timbre seguía sonando.
—¿Que sucede? ¿Quien era?—pregunte con media sonrisa, quitándole el tenedor a Jay y pinchandolo yo está vez. La Vi tragar saliva, jugando nerviosa con sus manos, mirando de nuevo a Jay.
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In Middle Of The Night; Tom Kaulitz ©
Fiksi PenggemarDónde Adara Davis tendrá que buscar pieza por pieza para reconstruir su vida. Dónde Thomas kaulitz es uno de los causantes de que las haiga perdido.