036

509 50 4
                                    

—Asi que viniste a ver a Tom.—comentó Amanda después de unos segundos en silencio—¿Hay algún problema?

Estaban en la habitación de la pelinegra, mientras disfrutaban de una agradable compañía por parte de ambas. Amanda había extrañado mucho a la chica, y ahora que la tenía al frente, no iba a desaprovechar la oportunidad de pasar un rato agradable con ella.

Adara levantó la mirada, negando de inmediato. Directamente no había un problema con él. Solo necesitaba alguna explicación.

—No, no hay ningún problema, solo tenía alunas cosas que decirle, pero se me olvidó que me dijo que está semana iba a hacer muy atareada.

Amanda ladeo la cabeza, con una expresión ligeramente sorprendida.

—¿Eso que quiere decir? ¿Acaso te dijo lo del sábado?

Adara arrugó las cejas, viéndola confundida. Su reacción la había dejado de tal manera.

—¿Por qué te sorprende tanto que me haya dicho? Claro que me lo dijo.

—Bueno, pensé que el no te diría. Me sorprende que lo haya hecho y tú estés tan tranquila, eso es todo.—explicó con calma, pero en un tono confundido. Le parecía raro que Tom le dijera a dónde iba el sábado, ya que él mismo le había dicho que mantendría las cosas ocultas por algunas razones. Ella al principio no estuvo de acuerdo en mentirle a la chica, pero Tom le explicó que era necesario para no disponerla.

—¿Y eso por qué?

Amanda ladeo la cabeza, encoguendose de hombros.

—Bueno, si me dijeran que mi pareja iría a un stripclup, simplemente le hubiera armado un escándalo.—dijo con diversión, sonriendo—Admiro tu confianza, chica.

Río después. La boca de Adara se abrió completamente, sintiendo las pesadas palabras de la chica resonar en su cabeza. No podía ser cierto, Tom no le podía haber ocultado semejante información.

—¿Que Tom ira a dónde?—preguntó en un pequeño grito, poniéndose de pie. Amanda dejo de sonreír inmediatamente, poniedose de pie con torpeza.

—Oh, oh... ¿No lo sabías, verdad?—preguntó en un quejido, deseando que Adara estuviera bromeando. Carajo, si no era así, había cometido una gran imprudencia. Adara negó, haciendo que la ojiazul se diera una palmada en la frente, lamentándose por abrir su gran bocota.—Claro que no lo sabías. Que estúpida soy.

Adara jadeó, con los ojos muy abiertos por la sorpresa. Ella miró a Amanda con incredulidad.

—Espera... ¿¡Tom ira a un maldito club de strippers!?—ella chilló. Adara era una persona muy reservada, y la odia de que su... ¿pareja? Si podría decirle así, ya que no habían definido su relación en un título, fuera a esos lugares, le hacía hervir la sangre.

—No, no... ¿Cómo crees? Estaba bromeando.—rió con nerviosismo, sintiendo su cuerpo totalmente tenso. Que jodido problema había desatado con tan solo unas simples palabras.

Adara arrugó las cejas, viendo su vil intento de arreglar sus palabras.

—No intentes retractarte, Amanda. Así que suelta todo.

Amanda resopló, estando claramente nerviosa.

—No era cierto, linda... Bueno, yo... Y-yo... ¿Tienes hambre? Podemos pedir comida si quieres.—dijo con nerviosismo, caminando de un lado a otro. Adara hizo una mueca, acercándose a ella y agarrándola del brazo, deteniendo su andar.

—No me hagas perder la paciencia, Amanda. Dime lo que quiero saber.—dijo entre dientes, sintiendo unas terribles náuseas. Amanda tragó saliva viéndola nerviosa, para después asentir con lentitud, rendida.

In Middle Of The Night; Tom Kaulitz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora