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—¡Maldita desconsiderada!—gritó Amara al ver a su hermana, colgando su teléfono de prisa, cortando la llamada con Bill. La rodeó en sus brazo, estrechanola contra ella—¡Casi me matas de un susto!

La castaña había llamado a Bill al ver que había pasado mucho tiempo y su hermana no había regresado. Se preocupo aún más cuando Tom no le contesto sus llamadas, haciendo que se ponga casi loca. Pero lo que hizo que se desesperara aún más fue cuando Bill le dijo que no sabía nada de Adara y que no había visto a la chica en todo el día.

—Siento llegar a esta hora.—dijo Adara en un susurro, perdida. Amara se separó de ella al escuchar su voz, frunciendo las cejas al ver su mirada perdida.

—¿Dónde estabas? Me tenías muy preocupada... Llamé a Bill y me dijo que tú...—se calló enseguida al ver a la chica mirarla con rapidez, ladeando la cabeza.

—¿Bill?—preguntó confundida, acercándose a ella. De inmediato Amara se tensó, comenzando a ponerse nerviosa.—¿Que conexión tienes con él, Amara? ¿Cómo tienes su número?

Amara trago saliva, encoguendose los hombres nerviosa, sintiendo un cosquilleo en sus manos.

—Bueno... Yo.... Tom no contestaba y yo recordé que él me dió el número de su hermano.—mintió con agilidad, sentandose en el sillón al ver la mirada de su hermana.—Estaba desesperada, hermana. No sabía dónde estabas y eso me estaba volviendo loca. Me dijistes que saldrías por unos minutos que se convirtieron en horas. Creí que te había pasado algo, y como entraste a la habitación...

Adara soltó un suspiro y cerró los ojos por unos segundos, para después abrirlos y acercarse a ella.

—Fui en busca de Tom, pero él no se encontraba y Amanda y yo fuimos a cenar. Lo siento por no avisarte pero se me pasó.

La chica respondió con fastidio, alejándose y sentándose en el sillón, soltando un suspiro cansado. Amara arrugó sus cejas y se acercó a ella a pasos lentos, para después sentarse a su lado, viéndola con curiosidad.

—¿Que ocurre?—preguntó un tanto confundida, no entendiendo el cambio de actitud de su hermana.

Adara la miro y volvió a suspirar, sintiéndose jodidamente agotada, y es que, no terminaba de salir de una cuando ya estaba en otra. Se acomodo mejor el el sillón y miró a su hermana, quien arrugó sus cejas.

—Me enteré de algo que no quería saber.—respondió con fastidio, cruzandose de brazos. Amara se enderezó en su sitio, tragando saliva comenzando a sentirse un tanto nerviosa.

—Oh, ¿de que se trata?—preguntó en un hilo de voz, sintiendo sus manos comenzar a sudar.

—Tom. El muy infeliz me mintió—dijo de mal humor, torciendo sus ojos.—¿Sabes que me dijo el muy idiota, hermana? Que este fin de semana iba a tener una cena de negocios—dijo arrugando su nariz, cruzandose de brazos.

Amara arrugó sus cejas y ladeó un poco su cabeza, sin entender el enojo de su hermana. Relamió sus labios y esperó unos segundos a qué hablara, pero Adara nuevamente se había quedado mirando a un punto fijo, mientras murmuraba infinidades de groserías dirigidas al de trenzas. La chica carraspeó.

—¿Y eso que tiene de malo?—preguntó con confusión, pero al ver la mirada que le dirigió su hermana se arrepintió de haber hablado.

—¡Que era mentira!—gritó Adara enojada, haciendo que la chica tragara saliva. Ok, se encontraba muy molesta, así que esperaría pacientemente a que dijera la razón de su enojo.—El muy maldito, desgraciado e idiota no tendrá una jodida reunión. ¡Irá a un stripclup!

Amara levantó las cejas sorprendida ante la información, entendiendo inmediatamente el motivo del enojo de su hermana. Maldijo en voz baja y negó con la cabeza, no creyendo lo que escuchaba. Suspiro y se puso de pie, caminando hacia la pelinegra y posicionandose a su frente, entrecerrando los ojos.

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⏰ Última actualización: Feb 17 ⏰

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In Middle Of The Night; Tom Kaulitz ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora