In Middle Of The Night; Tom Kaulitz ©

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Prt 2.

La chica suspiro al ya no ver a Jeremy. Era muy raro lo que estaba pasando. La manera en la que se ponía nervioso cada que hablaba, o las miradas de reojo que le daba de vez en cuando. Lo poco que había escuchado de la conversación la había dejado intranquila, y es que, ¿Que habría pasado para que Jeremy se pusiera de tal modo? A la defensiva. Adara no pudo escuchar a la persona con la que hablaba, pero, con tal solo haberle visto el semblante al chico sabía que algo muy grave había pasado.

Dobló el retrato que le había hecho Tom con sumo cuidado, guardandolo en la parte de atrás de sus jeans.

Dió media vuelta, quedando de frente hacia la puerta. Se frotó las manos, podía sentir su cuerpo erizado. Tocó la puerta tres veces, era una costumbre que había adoptado hace muchísimo tiempo. Escucho un ruido del otro lado de la puerta, para segundos después escuchar la voz fina de Angie invitandola a pasar. Suspiro, abriéndola con lentitud, asomando su cabeza primero.

Lo primero que vio fue la deslumbrante sonrisa de Angie, quien se encontraba recostada en la cama. La castaña le hizo señas, invitandola a sentarse a su lado. Adara entro a la habitación completamente, cerrando la puerta a sus espaldas. Se acercó a la chica, quien no dejaba de sonreír al ver de nuevo a la morocha. La había extrañado un montón.

—Oh, gracias a Dios. Creí que nunca volvería a verte. Le jure a Tom que si no te traía de vuelta le iba a cortar las trenzas estando dormido—le dijo la castaña con diversión, haciendo que Adara soltará una risa nasal ante la imagen mental.

Con tan solo imaginar a la chica cortándole las trenzas a su hermano mientras dormia le alegraba el día. Un

—Si, no te deshacerás tan fácil de mí—le respondió de la misma manera. Angie sonrió, palmeando el espacio en la cama, para Adara se sentará. Ella sonrió, acercándose y sentandose a su lado—.Luces agotada.

Le dijo al detallar mejor a la chica. Podía verse desde kilómetros que se encontraba cansada. Angie soltó un pequeño suspiro, llevando ambas manos a su barriga de ocho meses y medio. Mentiría si dijese que no se sentía agotada, y es que, ¿cómo no estarlo? Llevar a un ser en tu estómago no es una tarea facil.

—Ni me lo digas. Estás últimas semanas han sido una tortura. Y es que Adela no me ha dejado levantarme de la cama para nada, y cada vez que lo intento comienza a moverse con brusquedad, haciendo que las tareas más simples se vuelvan complicadas. Pero se que todos esos malestares valdrán la pena al tener a mi niña en mis brazos.

Adara hizo una mueca al escuchar eso, compareciendo a la chica, y a la vez feliz al escucharla hablar de su hija con tanto amor, se veía que la estaba esperando con emoción.

—Bueno, queda poco tiempo para que eso suceda.

Angie sonrió, acariciando su vientre.

—Sé que algunas cosas no serán fáciles. Y tengo miedo de no ser una buena madre para ella—dijo Angie en un leve murmuró, confesando su mayor miedo—.Y también tengo miedo de que les suceda algo a mis hermanos o a Jeremy. Sé que no estan metidos en cosas muy lindas que digamos, y me aterra pensar en que algo pueda sucederles. ¿Que haría si eso pasa?

Adara torcio los labios, escuchando atentamente los miedos de la castaña. Tomó sus manos, dandoles suaves caricias con sus pulgares.

—Eso no va a pasar, Angie. Tu hija crecerá rodeada de las personas que más la quieren. Y sobre todo crecerá a tu lado, con el amor incondicional que le tienes, porque se nada más con escucharte hablar que amas a esa bebita más que a tu propia vida. Se que serás buena madre, asi que lo digas que serás mala madre, además, prometo estar ahí para ayudarte.