Sabai

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          La conexión con la madre Misa de Sabai el hombre león se estaba rompiendo.

          La noche parecía estar poniéndose cada vez más oscura lo que para todos incluso para las enanas que trabajaban en las minas parecía extraño. El lugar nunca había estado tan callado cuando entonces casi de la nada y de manera espontanea apareció un hombre zorro, parecía estar huyendo de algo.

          El león Sabai lo conocía y olió en él a la muerte misma una oscuridad tan inmensa y profundamente nauseabunda que por primera vez desde que se había convertido en una bestia completa sintió miedo.

          —Esas cosas vienen… —dijo el zorro que se desvanecía en el suelo.

          Una de las enanas que estaba amarrada dijo algo como riéndose pero Sabai no la escuchó.

          —¡Cállate! —le gritó uno de los Butis que era uno de los gorilas, pero su voz se notaba nerviosa.

          —Las rebeldes acabarán con ustedes —dijo Raica, que a pesar de que su aspecto era el de una moribunda todavía tenía fuerza para hablar con fuerza y confianza.

          El zorro llevaba rato intentando decir algo, pero ni el poder obtenido por la madre Misa había sido suficiente como para tener aliento para hablar en ese momento.

          —¿Qué cosas vienen? —preguntó Sabai y una imagen fugaz y que duró tan solo un segundo saltó a su cabeza… el león sabía muy bien que la imagen en su cabeza se la había mostrado Misa… lo que vio lo hizo reaccionar enseguida.

          —¡Prepárense todos! —rugió —. Algo oscuro se avecina y quiero que dos gorilas y dos elefantes vayan al frente. Las órdenes llegaron rápido y los guerreros salieron como animales salvajes en rumbo a cazar algo.

          Godie el zorro estaba chillando asustado y no dejaba de temblar. Parecía estar bastante traumado, sí Sabai no lo fuese visto por ese instante que la diosa Misa le mostró pensaría que el zorro estaba sobreactuando.

          Sabai sintió miedo y no estaba seguro sí los Butis que había enviado serían suficientes.

          —La única oscuridad en este lugar es su estúpida presencia escupió Raica.

          Sabai estaba preocupado y la tomó del cuello, él estaba herido y le dolían las costillas pero la ira tomó el control de su cuerpo… esa imagen… esa oscuridad.

          Sabai había visto toda clase de animales extraños y peligrosos en la isla de las criaturas y era cierto que a pesar de que esa isla parecía ser el lugar perfecto para ellos, la verdad era que durante años habían muerto muchos de los de su tribu, la naturaleza era cruel… solo sobrevivía el más acto, esas eran palabras de su padre mientras lo entrenaba para ser un buen cazador.

          Su padre había muerto el mismo día que se enfrentaron a la peor criatura de la isla, esa a que todos le temían y que no les gustaba ver. Sabai aún llevaba el peso de la muerte de aquél que le había enseñado todo.

          —Lo que se avecina no puede ser peor a lo que he visto en la isla… no puede ser —se dijo a sí mismo, lo había escuchado Raica que aún estaba siendo sostenida en el aire sacudiendo sus pies.

          —¡Tienes miedo, gato cobarde! —masculló ella con voz débil mientras se ahogaba

          —¿Qué clase de pacto con la oscuridad han hecho? —preguntó Sabai bastante serio mientras la sacudía y la apretaba más fuerte.

          —No sé nada de ningún pacto —balbuceó entre tosidos ahogados.

          —¡Déjala! —gritó una de las enanas que seguía amarrada en un circulo con las otras.

Herederos de Alhel: Ciencia y magia (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora